Los intendentes, y una cena con un menú económico y electoral

José Picón

Fue una cumbre que reunió a cerca de una docena de intendentes del PJ del Conurbano de la que emergió una conclusión que no encontró casi ninguna fisura: la suerte que corra la gestión de Sergio Massa en el ministerio de Economía nacional resultará clave para la suerte electoral del Frente de Todos.

No por tratarse de un análisis repetido estuvo ausente en la cena-debate que se desarrolló en Pilar. Los alcaldes auscultan el pulso de sus distritos y sienten el malestar de sus vecinos. Rechazan la posibilidad de que exista amenaza o esté germinando algún tipo de revuelta social frente a la crisis económica que azota con particular dureza a los sectores de menores recursos, pero al mismo tiempo son conscientes de que si la economía no mejora el destino político del oficialismo asoma poco venturoso.

Ese diagnóstico implica apostar fuerte por lo que muchos considerar la última ficha que se juega el gobierno nacional para enderezar el rumbo. La famosa “bala de plata” que se disparó hace algunos días y que no se sabe aún si tendrá destino de blanco.

Les guste más o menos -con algunos de ellos ha tenido algunos encontronazos- Massa se ha transformado en una tabla de salvación cuya flotabilidad se está poniendo a prueba. Por eso, buena parte de los comensales salieron a proponer primero y a celebrar después, la llegada del tigrese a Economía.

A la cita acudieron, entre otros, el dueño de casa Federico Achaval. También se anotaron Gabriel Katopodis (San Martín), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Juan Zabaleta (Hurlingham); el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora); el ministro de infraestructura, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); el presidente del Bapro, Gustavo Menéndez (Merlo); el diputado provincial Mariano Cascallares (Almirante Brown) y los intendentes en funciones Fernando Espinoza (La Matanza); Andrés Watson (Florencio Varela); Juan José Mussi (Berazategui) y Alberto Descalzo (Ituzaingó).

Entre debates y análisis, volvió a tomar cuerpo la creciente posibilidad de que los intendentes-funcionarios vuelvan a ser candidatos el año que viene en busca de conservar sus distritos. No sólo se trata de un repliegue que apunta a conservar sus territorios ante la eventualidad de que la elección nacional y bonaerense venga complicada. Esa estrategia local bien puede ser parte de una más abarcativa que pasa por poner en los distritos a los dirigentes que más miden para apuntalar la disputa por la Gobernación en la que Axel Kicillof aparece como el candidato más firme del Frente de Todos.

El análisis político dio paso a la discusión de otras de las cuestiones que preocupan a los alcaldes: la inseguridad. Y en ese contexto, los dardos volvieron a dispararse sobre la figura de Sergio Berni.
Sobre el funcionario aparecieron reclamos múltiples. “Está desaparecido”, disparó uno de los alcaldes. Otros se quejaron de que Seguridad tiene una gran cantidad de móviles y no los distribuye. “Pasás por la puerta de la Vucetich y parece una concesionaria”, decían fuentes cercanas a la cumbre de los intendentes.

Con Berni los intendentes mantienen una tirante relación que nunca terminó de encausarse y que en los últimos días volvió a alcanzar un pico de tensión producto de hechos resonantes de inseguridad que les pega por razones de cercanía. Viejas cuitas que Berni tampoco olvida: los intendentes siempre quisieron para uno de ellos el ministerio más caliente de la administración bonaerense.

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