Eliminar el olor a humedad de la ropa

Los aromas indeseables pueden evitarse. Algunos consejos para solucionar un tema que no pasa desapercibido

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Cuando el cambio de clima y la transición del invierno a la primavera se hace presente en la vida cotidiana, es hora de renovar el placard. Sacar las prendas de verano, elegir las de invierno que todavía serán usadas, da cuenta de la necesidad de reorganizar los espacios.

Con la humedad tan presente en la ciudad de La Plata, el olor puede hacerse presente en los roperos, espacios cerrados e, inevitablemente, en la ropa. El momento a la hora de vestirse, cuando ya sabes qué te vas a poner y, para colmo, estás apurado o apurada, puede volverse caótico si al lucir la prenda elegida, se percibe el olor a humedad.

Por ello, a continuación se brindarán algunas recomendaciones para evitar que los espacios cerrados, que resguardan y contienen al vestuario, no tengan aromas indeseados y, por sobre todo, muy molestos.

Son herramientas que se pueden volcar a cualquier espacio del hogar, ya que este dolor de cabeza que es la humedad no solo se limita a la habitación. Si bien hay productos que se pueden conseguir en cualquier comercio de limpieza o bazar, que absorben todo en pequeño recipiente, suelen acabarse de forma rápida.

Evitarlo

Para evitarlo, con tres simples y cotidianos pasos, que no nos llevarán más que algunos minutos, se puede reducir notablemente las posibilidades de tener estos aromas indeseados.

Ventilar la habitación ayudará a renovar el aire que circula en el ambiente, a la vez que evita enfermedades. Dentro de las posibilidades de cada hogar, se pueden abrir las ventanas de par en par y que circule el aire. Con tan solo unos minutos, no más de quince, es suficiente.

Evitar la pila de ropa usada, que se acumula con el avance de la semana y se mezcla entre las prendas nuevas o recién lavadas. A su vez, lavar el vestuario con frecuencia y con un suavizante de buena calidad, aportará lo suyo.

De ninguna manera hay que guardar en el placard -mucho menos aún a puertas cerradas- esa ropa que no terminó de secarse, aunque solo fuera un mínimo pedacito. Lo único que se logrará es que los malos olores se concentren allí.

Cuando ya apareció

Una vez que el olor a humedad se hace presente, hay caminos naturales a tomar para que desaparezca. Es importante tomarlo como un hábito, en pos de erradicarlo de raíz.

El bicarbonato de sodio tiene miles de usos y beneficios. Uno de ellos es el poder de absorción con el que cuenta. Para aplicarlo a este fin, se puede colocar dentro de botellas de medio litro o recipientes más pequeños.

Es fundamental que los elementos elegidos tengan tapa, para poder repartirlo entre cajones, armarios y espacios donde se pueda concentrar la humedad, y evitar que se vuelque y entre en contacto con materiales a los que puede perjudicar.

Como si fuera un atrapasueños, los saquitos de café colgados entre la ropa o dispuestos en un rincón del cajón, también servirá. Para continuar con los productos alimenticios, el arroz es otro gran aliado escondido.

Desde la aparición de los teléfonos celulares y los primeros problemas técnicos, es usual escuchar “dejalo en arroz” cuando el aparato se expuso involuntariamente a grandes cantidades de agua. Así, estos granos también ayudarán a hacer desaparecer el olor a humedad, solo con ubicarlo dentro de bolsas de tela y cambiándolos cada dos o tres semanas.

Las hierbas naturales, que se pueden encontrar en los patios de las abuelas o en cualquier vivero, serán benéficos para cumplir el cometido. Es que, además de ayudar a desaparecer el olor a humedad, llenará el ambiente de aromas agradables.

 

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