Las distintas formas que adopta la violencia en la escuela, sus consecuencias y cómo afrontarlas

Edición Impresa

Susana Machado García

Psicóloga especialista en niños y adolescentes

El acoso en el entorno escolar, una de las formas más comunes de la violencia escolar, priva a niños y jóvenes de su derecho fundamental a a la educación, provocando consecuencias nefastas en materia de rendimiento escolar, deserción, afectando la salud física y mental.

Entre las formas que adopta se cuenta el acoso físico, incluidos puñetazos, patadas, destrucción de bienes, acoso psicológico, como burlas, insultos y amenazas, o en las relaciones mediante la propagación de rumores y la exclusión del grupo.

La violencia dentro del ámbito escolar es padecida por los alumnos y perpetrada por otros alumnos mientras muchas veces docentes y miembros de la comunidad educativa silencian estas situaciones en desmedro de las víctimas.

La violencia incluye el acoso y el ciberacoso. El acoso afecta tanto a niños como a niñas, siendo estas últimas más expuestas al acoso sexual en línea y a la intimidación psicológica.

Sus consecuencias: socava el sentimiento de pertenencia a la escuela, provoca deserción, cambios reiterados de institución, baja autoestima, sentimientos de impotencia y desvalorización, angustia, fobias.

Cabe señalar que hoy se utiliza el concepto de bullying para nombrar muchas de estas conductas que son claramente violencia escolar.

¿Como enfrentamos esto? Formando a los docentes en materia de violencia y acoso escolar, pero también en materia de gestión positiva en las aulas. Un aprendizaje y enseñanza que generen un ambiente escolar más amistoso y empático.

También es clave observar mecanismos de alerta destinados a las víctimas, con implicación de todas las partes, incluidos los padres.

 

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