Los Hornos y Olmos: un área comercial en pleno auge que hoy enfrenta el relegamiento y la inseguridad

Pese a ser dos de los polos que más aportan a la economía de la Ciudad, la post pandemia encuentra a sus comerciantes en un contexto complejo al que se suman atrasos en la infraestructura y un aumento de los robos

Edición Impresa

Con diez años de comerciante en Los Hornos, a Pablo De Benedictis, el tesorero de la Cámara comercial de La Plata Oeste (CALPO) se le mezclan las sensaciones cuando describe el momento que atraviesa hoy lo que el llama “la 131 para acá”. Mientras por un lado no oculta el orgullo de reconocerse parte de un polo comercial que no ha parado de crecer, por el otro admite sentirse “un poco relegado”. “El nivel de aporte que nuestro sector hace a la economía de la Ciudad no se ve reflejado en nuestra infraestructura”, explica poniendo un ejemplo que describe cabalmente esa realidad: “en Los Hornos -dice- tenemos un solo cajero electrónico para una población que ya supera los 90 mil”.

Pablo, que tiene un comercio de soluciones con energía solar en Los Hornos, no es el único comerciante del oeste platense que menciona esa sensación. Muchos de sus colegas lo plantean también señalando el aumento de la inseguridad, que algunos asocian a la llamada “megatoma” de terrenos, el avance del comercio informal, los cortes de luz recurrentes y las deficiencias en la iluminación, por mencionar algunas situaciones que complican la actividad comercial en el ya de por sí complejo contexto económico que atraviesa el país.

La post pandemia trajo “otro drama, un drama que tiene que ver la situación macro económica del país -explican desde la Asociación de Comercio, Industria y Servicios de Olmos (OACIS)-. Veníamos en la inercia de que más o menos se vendía hasta que llegó septiembre y se notó de manera muy clara la retracción; en particular en nuestra zona, tan atada al funcionamiento del cinturón hortícola. Porque es una realidad que los polos comerciales de Olmos, Abasto y Los Hornos no existirían sin el cinturón hortícola. El grueso de las ventas viene de ahí”.

“Lo que pasó es que muchos laburantes bolivianos hoy no están queriendo quedarse porque el cambio ya no les sirve para mandar remesas a su país -cuentan-. De hecho muchos se han ido y las quintas se están quedando sin personal. A eso hay que sumarle que la otra fuente ingresos para nuestra zona, los empleados públicos -sobre todo los del Servicio Penitenciario, Educación y Salud- también están cortos de dinero porque no cerraron buenas paritarias”.

“Si a eso le sumás el ajuste que secó la plaza de pesos, el aumento en los costos fijos (servicios, sueldos, alquileres, etc.) y el hecho de que septiembre ha sido históricamente un mes malo, el resultado es el momento que tenemos ahora donde no cierran las cuentas y se están cortando las cadenas de pago porque la gente no llega a fin de mes”; señalan desde la entidad comercial.

RATEROS Y MOTOCHORROS

Gustavo Celestre, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Los Hornos (ACLHO) coincide en ese diagnóstico. “Si bien nuestro centro comercial está trabajando relativamente bien y gracias a Dios no tenemos locales vacíos, tampoco estamos al margen de la realidad del país. Los aumentos desmedidos de los servicios, los alquileres, las tasas y la mercadería en general hace que algunos comerciantes hoy no lleguen a absorberlos con las ventas. Es una problemática común al comercio en general que cada vez cierran menos los números y lo que se vende no alcanza para cubrir las obligaciones al final del mes”.

“La retracción se notó en nuestra zona, atada al funcionamiento del cinturón hortícola”

Con respecto al comercio de Los Hornos en particular, Celestre señala que “una de las cosas que más no está jugando en contra es la inseguridad y no sólo en la zona del centro comercial. Sin ser un lugar que pueda considerarse inseguro, lo cierto es que ha venido aumentando la presencia de motochorros y mecheras, por lo que sería importante reforzar las presencia policial en la calle y sobre todo mejorar también la iluminación. Aunque venimos trabajando el tema con la gente de la Comisaría Tercera y con la Policía de la Provincia -afirma- necesitamos que nos acompañen un poco más”.

“Después de la megatoma aumentaron muchos los robos en distintas modalidades y la gente trabaja intranquila”, cuenta por su parte Pablo De Benedictis, el tesorero de la CALPO. “ Tenemos desde rateros y mecheras a motochorros. Muchos comerciantes han tenido que invertir en equipos de vigilancia y reforzar la seguridad privada. Lo que complica más la cosa -dice- es la falta de iluminación y los cortes de luz recurrentes, que fomentan la inseguridad”.

MÁS VENTA AMBULANTE

Vecino de Olmos desde hace veinte años y con catorce en el rubro pinturería, Jesús Maldonado, el vicepresidente de la Cámara de Comercio del Oeste, cuenta que el invierno suele ser duro para su actividad porque, tradicionalmente la gente no pinta, pero que su sensación hoy es que la temporada buena no termina de arrancar. Con todo, prefiere no mostrarse pesimista.

“Nuestra zona comercial no está pasando su mejor momento, pero tampoco puede decirse que esté atravesando una situación crítica. Si bien es innegable que hay poca plata en la calle y que la inflación afecta mucho al asalariado, lo que veo es que los negocios que han abierto en los últimos años han perdurado. Afortunadamente tenemos el cinturón hortícola más grande del país, que hace que los vaivenes no se sientan tanto como en otros lugares”, explica.

“La post pandemia trajo otro drama que tiene que ver con la situación macro económica del país”

“Lo que complica un poco las cosas, sobre todo para algunos rubros -agrega- es que en los últimos años ha empezado a verse en nuestra zona mucha venta ambulante. Mientras que antes había algún que otro mantero y venta de productos artesanales, hoy te encontrás con micros que vienen del Conurbano y paran en la ruta para vender productos industrializados de distintos tipo, incluidas latas de pintura”, aseguro Maldonado.

“Aunque es entendible que la gente necesita trabajar -dice- necesitamos que las autoridades se involucren para encontrarle una solución entre todos al avance de la venta informal porque resulta muy injusta tanto para el comerciante que paga impuestos como para las personas marginadas que no pueden acceder a la formalidad”.

También optimista en su lectura, Mariano Colaianni, propietario de Menga Carnes Seleccionadas, elige no mencionar las dificultades, que “siempre las hay”, para resaltar el crecimiento de su polo comercial, “Nuestra zona viene desde hace años en un crecimiento constante. Hay cada vez más gente y también más comercios, algo que se nota en que la Asociación Comercial de Los Hornos tiene cada vez más socios. Sin duda el país no está atravesando el momento más favorable. Tengo colegas que no la están pasando bien -reconoce. Pero la verdad es que Argentina nunca fue un país fácil para la actividad comercial. Hace treinta años que tengo negocio y nunca fue un momento favorable, sin embargo nunca se dejaron tampoco de abrir comercios y la gente sigue apostando a trabajar”.

 

Los Hornos
Olmos

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE