El patrimonio forestal debe ser preservado y renovado, más allá de la sequía
Edición Impresa | 20 de Enero de 2023 | 02:00

Resulta definitivamente cuestionable que la ciudad de La Plata no cuente con un censo forestal actualizado y que tampoco tenga vigencia desde hade muchas décadas una planificación ajustada a las características urbanísticas de cada barrio, sin que, además, se haya puesto un continuado empeño para la preservación y renovación del arbolado público.
Tales consideraciones vuelven a cobrar actualidad al conocerse ahora referencias sobre el efecto negativo que la sequía prolongada viene causando sobre el arbolado público de La Plata, tal como lo señalaron ambientalistas locales. La reciente caída de algunos ejemplares en lugares como el parque Saavedra y otro nada menos que en la muy concurrida cuadra de 8 entre 50 y 51, en un episodio que causó heridas a una mujer, hizo que se alzaran voces de alerta.
Algunos días antes había ocurrido la caída de otro árbol en 58, entre 15 y 16, que impactó contra dos automóviles. En esa ocasión los vecinos aseguraron que se trató de una crónica anunciada. porque llevaban meses advirtiendo a la Municipalidad que ese ejemplar se encontraba en mal estado.
En cuando al caso de Parque Saavedra, un integrante del Foro de Defensa del Arbol dijo que “el cambio climático resume muchas de las causas y estamos atravesando con particular crudeza el fenómeno de La Niña que agudiza la situación. Relacionado con ello, creemos significativo señalar la falta de un control de la salud de los forestales, y ello se vuelve acaso más evidente si se presenta en un parque de la Ciudad. Ese tronco ahuecado no es de un día y es un factor que hace a la estabilidad del árbol”.
Tanto los integrantes de esa entidad como de la Fundación Biosfera se pronunciaron a favor de políticas públicas que programen y controlen las especies de la Ciudad, reclamándose la realización de un censo. Se alertó ahora que muchos ejemplares del arbolado público están sufriendo la falta de agua, algo que se observa en el color amarillento de sus hojas.
Los ambientalistas destacaron el rol trascendental que cumplen los árboles, por su condición de purificadores del aire y la sombra que ofrecen, además de resultar esenciales para otros seres vivos como las aves e insectos polinizadores, entre otras ventajas.
Lamentablemente, se ha impuesto en muchos sectores la falsa idea de que la ejecución de alguna obra de vivienda o barrio cerrado, así como la instalación de algún local comercial, autoriza a los responsables a extraer árboles que se encuentran plantados en las veredas y que, por consiguiente, forman parte del arbolado público.
Está claro que desde hace muchos años La Plata necesita contar con un censo completo del arbolado público, con un plan estratégico y una política forestal integral que sean acordes al enorme patrimonio natural con que cuenta, convertido desde su fundación en una de las notas fidedignas y más características de nuestra ciudad.
Además de preservar debidamente al actual arbolado y de incrementar el número de ejemplares, no debiera otorgársele a los particulares, bajo ningún concepto, la discrecionalidad de talar ejemplares, debiéndose además acentuar campañas de concientización sobre el valor que tiene cada árbol. Junto con ello, corresponde que la Ciudad sepa con cuántos árboles cuenta, cuántos harían falta plantar y a partir de allí diseñar políticas ambientalistas y ecologistas actualizadas.
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