Papel que arde: poco y caro, complica la edición y suben los libros
Edición Impresa | 20 de Enero de 2023 | 03:46

Mientras la Cámara Argentina del Libro -CAL- advirtió por las consecuencias del fuerte aumento del costo del papel de uso editorial y el problema del abastecimiento, en editoriales y librerías locales sostuvieron que peligran las impresiones y que algunos libros aumentaron más que la inflación.
La producción de libros en la Argentina atraviesa un momento complicado y algunos imprenteros mencionaron que se vive un periodo de falta de papel sin antecedentes cercanos a la vista.
Ya a comienzos de noviembre, desde la Cámara se planteó un cuadro de desabastecimiento y faltantes de papel, lo que lleva a los editores a aceptar cualquier precio para producir.
Se informó que el aumento en papel obra, ahuesado y ecológico, fue del 150 por ciento y el de papel ilustración para tapas de libros y para interiores de libros infantiles, en torno al 300 por ciento.
En suma, la suba fue tal que incidió en más del 50 por ciento en el costo general de un libro. “La materia prima cuesta más que el trabajo de autores, editores, diseñadores, imprentas y encuadernadores sumadas. Históricamente, esa participación estaba entre el 30 y el 35 por ciento”, informó la entidad.
Francisco Clavenzani, al frente de una editorial local, contó que desde que empezó a imprimir, hace dos años, los aumentos del papel son muy fuertes y por encima de la inflación, fundamentalmente el año pasado. Además, ahora se suma la problemática del faltante.
“En diciembre, la imprenta nos avisó que había escasez del papel bookcel que es el que utilizamos y que no se conseguía de 80 gramajes, sino de 65. Además, nos dijeron que probablemente en los próximos meses no iba a haber porque son dos las empresas nacionales que regulan el precio del papel; por eso desde la Cámara se exige que haya una intervención fuerte del Estado”, dijo el editor.
Clavenzani explicó que la editoriales que realizan tiradas de 500 ejemplares, cuando a los 6 o 7 meses quieren hacer reimpresiones se encuentran que los aumentos fueron de tal magnitud que superan el precio de lo que se vendía el libro. La situación lleva a repensar y achicar la cantidad de tiradas.
“Dicen que mucho del papel se utiliza ahora para hacer cajas de cartón porque aumentó la demanda para delivery”, apuntó el editor.
Se reconoció que si bien la situación afecta a todas las editoriales, a las grandes y a las chicas, a estas últimas las mantiene en vilo y sin la posibilidad de trabajar durante grandes lapsos.
“El aumento sideral que tuvieron los libros es la única posibilidad de después poder reimprimir. Desde septiembre, por el costo de papel, las impresiones aumentaron entre un 11 y un 12 por ciento por mes, lo que suma en 5 meses cerca de un 60 por ciento”, concluyó.
En ese contexto, en las editoriales independientes un libro de unas 400 páginas, está alrededor de 4 mil pesos y uno de 200 páginas ronda los 2.500 pesos. En cambio en las grandes firmas, que ofrecen los títulos más vendidos, un libro de 200 páginas puede llegar a los 4 mil pesos.
En una librería cercana a Plaza Rocha se mencionó que el año pasado los libros aumentaron cada dos meses entre 200 y 300 pesos, aunque hubo grandes editoriales que llegaron a aplicar aumentos de mil pesos por ejemplar.
A fines del año pasado, desde la Cámara Argentina de Papelería, Librería y Afines (CAPLA), se señaló que en el sector de artículos escolares había un faltante de productos derivado de problemas con la importación de insumos y productos terminados. En ese cuadro se sumaba la dificultad con la provisión de papel para materiales y textos de clase.
Agustín Arzac, responsable de otra editorial platense, sostuvo que el problema del papel es una constante desde finales del 2018 y principios del 2019. Años enlos que no hubo ni precios de referencia, ni stock.
“En nuestro caso, la editorial imprime los libros en talleres propios. Lamentablemente, tuvimos las máquinas apagadas la mayor parte del año porque no conseguimos que nos vendieran papel”, dijo y añadió: “Que ahora venga la Feria del Libro y la Cámara visibilice la problemática está bien, pero tampoco hay que desconocer o dejar de mencionar que en los últimos años, esas `Editoriales Grandes´, así en mayúsculas y comillas -remarcó-, pudieron seguir imprimiendo, sacando novedades y reimprimiendo”, dijo el editor.
En esa lìnea dijo que las pequeñas editoriales estuvieron a la cola de las grandes firmas y no les vendieron nada de papel.
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