Hartos del descontrol tiran agua por el balcón

Vecinos de la zona de 10 y 11 entre 49 y 50 denuncian un calvario cada madrugada y buscar disolver peleas y reuniones en la calle

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La tensión que genera la constancia de los ruidos y el descontrol de la noche en algunos puntos de la Ciudad tiene un pico en las inmediaciones de 10 y 11 entre 49 y 50, donde algunos vecinos ya empezaron a buscar respuestas de mano propia ante lo que denuncian como inacción oficial a sus reclamos de paz para descansar. “Algunos tiran agua desde el balcón para hacer que se vaya la gente que genera desmanes a la madrugada”, apuntó María una vecina de uno de los edificios del enclave céntrico.

“Habilitaron boliches en forma indiscriminada. En 10 y 49 hay uno con un edificio de 15 pisos enfrente. La gente está desesperada con la música. En 10 entre 49 y 50 hay dos boliches más. Lo mismo en 50 esquina 11. En la madrugada hay peleas, ruidos, música a todo volumen de los autos que pasan o estacionan. Las ventanas viran con ese nivel de ruidos”, le dijeron a este diario en la zona.

Se sostiene en el vecindario que la actividad nocturna comienza mucho antes que baje el sol. “Varias cervecerías que se convierten en boliches, arrancan a las 5 de la tarde con la música y ponen parlantes hacia la calle”, se detalló.

El escenario torna “imposible” la vida en el área durante los fines de semana, se aseguró.

Con todo, en la zona de 10 entre 49 y 50 se recordó ayer una escena de los últimos días. Mientras había en esa cuadra del patrulleros, a unos 100 metros se registraba una gresca, con golpes, patadas y corridas.

“La gente de los balcones tira agua y dicen que van a empezar a tirar piedras”, insistió María, una vecina que habló con este diario. Otros frentistas que reclaman prefieren mayor nivel de reserva. El reclamo por los ruidos que generan los locales nocturnos y el descontrol en la calle lleva en esa zona alrededor de 5 años, se calculaba ayer.

Se señala que en algunos edificios hay departamentos en venta. Entre los motivos, estaría el deterioro de la calidad de vida en horas de la noche y la madrugada. “Hace 35 años que vivo acá ¿Por qué me voy a tener que ir?”, preguntó María y lamentó que “tenemos que vivir en una tortura constante”.

Otro reclamo en 58, 5 y 6

El malestar vecinal también volvió a plantearse anoche desde la cuadra de 58 entre 5 y 6. Junto a uno de los edificios de la cuadra hay un boliche que propone música, con recitales, desde el final de la tarde hasta la medianoche. Un rato más tarde, se empalma un boliche situado a pocos metros. “Otro fin de semana de infierno”, definió una vecina que se comunicó anoche con este diario.

 

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