Aurora vota y José la espera paciente fuera del cuarto oscuro

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“Por más que no sea obligatorio yo me siento obligado a venir”, aseguró José que a sus 85 años no se pierde una elección.

Estaba sentado en un rincón de la escuela con la satisfacción del deber cumplido mientras esperaba a que su esposa Aurora (75) terminara de votar.

“Hay gente que no viene, que no le gusta que inclusive hay algunos que hasta se quejan del viaje, pero yo pienso que hay que venir”, manifestó el hombre que una vez que se reencontró con su mujer, de la mano se ayudaron mutuamente a bajar las escaleras del establecimiento y emprendieron el retorno a su hogar.

 

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