La anemia ofensiva de Estudiantes, el actual dilema a resolver

El Pincha empató sin goles ante Boca y sumó su quinto partido sin convertir en la Copa de la Liga. El elenco albirrojo recuperó la solidez, pero le falta la otra mitad para poder volver a ser el que supo ser

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El presente de Estudiantes en la actual Copa de la Liga Profesional es realmente muy flojo. Con apenas 10 unidades en 11 partidos disputados, el equipo que dirige Eduardo Domínguez se encuentra en el puesto 12 de la Zona B, sólo por encima de Tigre y de Lanús.

Y si bien las varias lesiones y el hecho de tener el foco puesto en su momento en la Copa Sudamericana sin dudas alteraron el andar regular del equipo, todo eso ya quedó atrás, y aún así el once no termina de aparecer como supo hacerlo.

El Pincha ganó cuatro de los últimos 14 encuentros oficiales que disputó entre las tres competencias en las que participó, y lo más llamativo del caso es que apenas convirtió 10 goles en esos choques. Menos de uno por partido. De hecho, en la Copa de la Liga el número es pero, con sólo 7 en 11 cruces.

La pólvora mojada no sólo de los puntas, sino también de los volantes ofensivos y de los laterales (que también han sabido aportar a la causa), ya es un problema mayor, el cual se hace evidente fin de semana a fin de semana. Y el pasado viernes, en cancha de Boca, nuevamente quedó de manifiesto.

Estudiantes igualó sin goles y sumó una unidad en un recinto que siempre le ha resultado esquivo, es cierto, pero volvió a empatar en cero y sumó su quinto partido sin inflar las redes en la actual Copa de la Liga. Ya lo había hecho frente a Tigre en Victoria y ante San Lorenzo, Gimnasia y Godoy Cruz en el Jorge Luis Hirschi. Demasiado para un equipo que tiene aspiraciones internacionales, algo que dejaron en claro en varias oportunidades su protagonistas.

Apenas cinco protagonistas han convertido en el actual certamen doméstico, y sólo Mauro Boselli lo ha hecho en más de una oportunidad. El experimentado goleador, también aquejado por lesiones, suma tres, dos de los cuales llegaron desde la vía penal. Los otros únicos cuatro jugadores que festejaron un gol con la camiseta de Estudiantes en la Copa fueron Alexis Manyoma (ante Unión), Mauro Méndez (de penal ante Racing), José Sosa (de tiro libre frente a Newell´s en Rosario) y Zaid Romero (tras un córner ante Sarmiento en UNO).

De esto también se desprende que de los 7 gritos que tiene el Pincha hasta el momento en el certamen doméstico, cinco de ellos llegaron desde la pelota quieta, método a través del cual los de Domínguez suelen lastimar.

Incluso el primero de Boselli en la Copa de la Liga, ante Belgrano en Córdoba, también llegó tras un tiro de esquina, pero en una segunda jugada.

El Pincha tiene desde la pelota quieta un arma importante y la llave para abrir partidos. El problema está al momento de la creación, ya que allí es donde más se evidencia el bajón futbolístico que aqueja al once y que lamentan, por sobre todos los protagonistas, los delanteros.

Varios no están en su pico de nivel y ni siquiera en el promedio que han mostrado desde su llegada a la institución, algo que deberá resolver el cuerpo técnico albirrojo en el Country de City Bell de cara a lo que se viene.

Con una semana larga de trabajo, Eduardo Domínguez y los suyos saben que resolvieron el primero de los inconvenientes dentro de un equipo que, con línea de cinco ha logrado bajarle la persiana al arco que defiende Mariano Andújar.

La misión ahora, ya con Guido Carrillo recuperado, es inflar las redes en el área opuesta, algo que al Pincha le viene costando y muchísimo dentro de un semestre al que le queda por jugar lo más importante.

 

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