La interna del PRO se tensa entre imágenes y una impresión

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Por MARIANO PEREZ DE EULATE

mpeulate@eldia.com

La guerra fría que vive el PRO por las candidaturas presidenciales se mide en imágenes. La foto de Horacio Rodríguez Larreta con Mauricio Macri, el martes a la nochecita en el sureño country Cumelém, vino a traer una cierta noción de compensación en la pulseada que el alcalde porteño libra con Patricia Bullrich.

Es que la exministra de Seguridad, días atrás, también había tenido una reunión con el expresidente que fue generosamente difundida con una foto muy simpática, cada uno con su pareja, que la tropa larretista sintió como un puñal.

El motivo: en el fin del 2022 y principios de este año, Larreta y Macri se habían juntado en el paraíso sureño pero ninguna imagen se regaló a los medios. Hermetismo total, incluso visual. Se habló de enojos, de tensión, no de ruptura pero sí de distanciamiento. La posterior foto con Bullrich, en las mentes mal pensadas, pudo leerse como una inclinación de la balanza del favoritismo en favor de ella.

Pero ahora, Mauricio pareció inyectar un poco de equilibrio al asunto porque, finalmente, hubo foto con ambos. Halcones y palomas, si se quiere.

Le sirve a Macri. Consolida la idea de él como jefe del espacio amarillo, no de todo Juntos por el Cambio. Del gran elector del partido que fundó. Un recordatorio para todos los que quisieron jubilarlo anticipadamente, incluyendo Rodríguez Larreta, quien, para muchos observadores de su propio espacio, tal vez apuró los tiempos para quedarse con una jefatura que le iba a llegar casi indefectiblemente.

La conclusión fue que su condición de “candidato natural” del espacio se fue desinflado. Ahora está en la faena de la reconstrucción de ese rol pero tiene enfrente a Bullrich, que aprovechó el bajón ajeno y dice que dará pelea hasta el final para quedarse con esas jinetas y con la postulación principal.

Luego de la saga de reuniones de Macri con los dos presidenciables amarillos, en fuentes bullrichistas y larretistas se coincide por estas horas en un diagnóstico: Patricia y Horacio se habrían llevado la impresión de que Mauricio no será candidato otra vez a la Casa Rosada, un misterio que el expresidente viene planteando hace rato, como parte de su estrategia de centralidad, y que se supone revelará en marzo, bien sobre los plazos del calendario electoral.

Así como días pasados el bullrichismo había celebrado la foto con Macri por aquello de que no había existido difusión de la reunión con Larreta y porque supuestamente Mauricio prometió imparcialidad, ayer eran los larretistas los que mostraban un espíritu festivo por la instantánea del martes en el Sur.

Hubo incluso versiones algo aventuradas respecto a acuerdos que favorecerían al alcalde. Algo que, dado el hermetismo imperante, sólo saben a ciencia cierta los dos involucrados. Si existió algún tipo de entendimiento, es cantado que también debe haber habido un pacto de silencio por lo que todo queda en el terreno de lo especulativo.

En todo caso, lo oficial es lo que subió cada protagonista en redes. “Hablamos largo de la importancia de hacer un cambio verdaderamente profundo para que la Argentina encuentre su rumbo, y de la urgencia de que ese cambio suceda ahora, sin postergaciones”, escribió Macri. “Nos une la convicción de que hay que cambiar definitivamente la Argentina y la responsabilidad de llevar ese cambio adelante”, tipeó Larreta. Con un detalle: recordó que lleva con el ex presidente “20 años trabajando juntos”.

“Es la gran diferencia que tiene con Bullrich”, decían ayer cerca del alcalde, como si el peso de esa historia compartida sea un insumo vital para la eventual decisión de Macri.

 

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