Glaucoma: la enfermedad silenciosa que puede causar ceguera

Edición Impresa

El Glaucoma es una enfermedad grave, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la segunda causa de ceguera en el mundo, entre otras razones porque la mitad de la población afectada desconoce que la padece hasta que la pérdida de visión ya está muy avanzada, porque se trata de una patología que no da síntomas pero que produce una lesión irreparable del nervio óptico.

El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico en la cual perdemos fibras nerviosas y que puede llegar a la ceguera. Su factor de riesgo más frecuente es el aumento de la presión intraocular. En el mundo, al día de hoy, es la causa de ceguera irreversible más frecuente. O sea, que la persona ciega por glaucoma no puede volver atrás. Su diagnostico temprano y su tratamiento precoz son fundamentales para prevenir la ceguera. La diferencia es enorme”, explica el médico oftalmólogo Jorge Alejo Peyret (MN 67.724).

El especialista cuenta que “dentro del ojo estamos constantemente produciendo un líquido, el humor acuoso, y también reabsorbiéndolo constantemente. Con el glaucoma, el proceso de reabsorción comienza a fallar, y, al mantener la producción del líquido, este se acumula aumentando la presión intraocular. Esta presión intraocular elevada afecta al nervio óptico produciendo la muerte de sus fibras. Hasta ahora, no sabemos cómo recuperar las fibras nerviosas muertas. Por eso es fundamental el diagnostico precoz y su tratamiento para disminuir la presión a cifras que no alteren al nervio óptico y no perdamos mas fibras. O sea, no perdamos visión”.

Según las estadísticas, entre el 85 y el 90 por ciento de los pacientes con glaucoma no presentan síntomas. Su diagnóstico se realiza en una consulta con el oftalmólogo por alguna otra causa. Hay personas que consultan por pérdida de visión, pero cuando esta pérdida es secundaria al glaucoma, llegamos muy tarde a su diagnostico. “Lo que nosotros podemos hacer es prevenir la perdida de visión, prevenir la muerte de las fibras del nervio óptico. Y lo mejor es con un diagnostico precoz. Por eso es fundamental consultar al oculista ante el mínimo cambio o defecto de visión”, destaca Peyret.

El glaucoma puede afectar a cualquiera en cualquier edad. Existe el glaucoma congénito, por suerte poco frecuente, y que los pediatras derivan al oftalmólogo en presencia de los signos de alerta. Lo frecuente del glaucoma es en personas mayores de 45 a 50 años.

El tratamiento se basa en disminuir la presión intraocular elevada. Actualmente existen una variedad importante de medicaciones tópicas, o sea en gotas, para esto. Se colocan 1 o 2 veces al día. Se pueden asociar y algunas ya vienen combinadas en el mismo frasco. Y, si fuera necesario, podemos realizar procedimientos con láser de manera segura y muy poco invasiva. Y la cirugía también se hace en glaucomas más avanzados o más agresivos.

¿Cómo saber si un niño tiene glaucoma? Hay dos formas diferentes de aparición. Al nacimiento, si el pediatra o el neonatólogo lo sospechan hacen la consulta oftalmológica. Este tipo es sumamente raro y debe ser de resolución urgente. También pueden aparecer en niños más grandes, y el oftalmólogo lo descubrirá en la consulta por molestias o necesidad de anteojos del niño.

 

Glaucoma

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE