Los Triperos le dieron mucho calor a una Bogotá fría y desorientada

Los hinchas hicieron miniturismo en la previa del partido, en una ciudad que no mostró efervescencia ante el juego de Santa Fe

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Más allá de que la demora en la salida del chárter desde Ezeiza obligó a atrasar todo el organigrama del plantel, con una cena a las 23 hora local, la espera del partido se vivió con mucha calma en el Hilton Corferias.

Bogotá recibió a Gimnasia con lluvia y así continuó durante toda la jornada de ayer, con tiempo inestable y lloviznas suaves. A propósito de inestabilidad, la del Nevado del Ruiz y su posible actividad volcánica a partir de una alerta naranja es tema en todo Colombia, aunque de todos modos, lejos de Bogotá ya que se encuentra entre los departamentos de Tolima y Caldas.

El Lobo, que busca estabilidad deportiva y económica, encontró tranquilidad en Bogotá, que no estuvo movilizada por el partido de Independiente Santa Fe. De hecho, el mayor movimiento en el Hilton en las horas previas al inicio del partido tuvo que ver con la inauguración de Filba, la Feria Internacional del Libro de Bogotá en el predio Corferias, pegado al hotel.

Si hubo presencia tripera en la capital colombiana. Así, a quienes viajaron en el mismo avión que el plantel (unos 50 entre hinchas, allegados y miembros de la Comisión Directiva) se sumaron otros gimnasistas que emprendieron en viaje por otra vía. Fue el caso del exvicepresidente Carlos Anacleto, quien llegó antes en un vuelo regular, acompañado por otro hombre con pasado en la política del Lobo, Marcelo Gardella.

Desde Estados Unidos “bajó” otro exdirigente, Claudio Prado, afincado y trabajando en aquel país desde hace varios años. El corazoncito tripero se impuso y salieron unas mini vacaciones de tres días con epicentro en el juego de los dirigidos por Sebastián Romero.

Bogotá es la ciudad de más de siete millones de habitantes, la de los puestos de frutas en las calles y en la que cualquier puerta puede ser el ingreso a comer una carne asada. Es también las del tránsito alocado por inmensas avenidas que en el centro viejo desembocan en un tetris de autos que parece que van a chocar todo el tiempo.

Así, los hinchas eligieron viajar en Uber, taxis o una larguísima caminata para conocer el centro viejo, con eje en la antigua Plaza Mayor dónde se fusilaba a los disidentes en los tiempos de la colonia. Desde mediados del siglo XIX se denomina plaza Simón Bolívar y la rodean el Palacio de Justicia, el Capitolio Nacional, la Catedral Basílica Metropolitana y el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía Mayor. Algunos de los hinchas y dirigentes estuvieron en esa zona, plagada de vendedores ambulantes y palomas, el emblema de la plaza.

En cambio, Anacleto, Gardella y Jole Ortíz aprovecharon para la espectacular vista de Bogotá desde el teleférico de Monserrate, que permite una visión panorámica de la ciudad desde lo alto del cerro.

Otros, cómo Joaquín Sánchez, el hermano de Felipe, el defensor albiazul, eligieron una caminata más corta, sin llegar al centro colonial de la ciudad. El exgerente del club, Fabián Braco, aprovechó para vivir el viaje como hincha después de 30 años de trabajo en Gimnasia (dos ciclos), Olimpo e Independiente. Braco llegó a Colombia con su invicto, ya que estuvo en el banco de suplentes en la victoria sobre Deportivo Pasto 2 a 0, cuando Pedro Troglio había dejado de ser el DT y entre Nicolás Russo y Víctor Bernay estuvieron en ese partido de despedida del grupo de trabajo.

También dieron una vuelta por la ciudad Marcelo Torres junto a Gustavo Mateu. Los Speranza, los Padrós y los Antonino también aprovecharon para conocer algo de una ciudad muy vital y desordenada, sin tantos atractivos. Casi nadie almorzó, entre la generosidad del desayuno del hotel, los paseos y la ansiedad por el partido.

Al margen de un grupo de la hinchada que llegó un par de días antes, el grueso de los triperos en Bogotá se movieron alrededor del hotel Hilton. Con una logística similar a la del plantel profesional, a las 19 salieron hacia el Nemesio Camacho para luego seguir el mismo itinerario del plantel. Muchos llevaban una preocupación que no tenía que ver con la fortaleza del rival ni con el equipo de Chirola: el sábado “El Campín” fue el escenario del Monters of rock, con bandas históricas del metal durante ¡12 horas! El temor era el estado del césped tras el paso de los seguidores de Kiss, Scorpions, Deep Purple, Helloween y Angra. A pesar del avance de la música urbana, el rock resiste en Bogotá y en junio Miguel Mateos será la figura de otro festival del que también tomará parte La Mosca y que ya se promociona por la FM local 94.7.

Tras el partido y la conferencia de prensa de Sebastián Romero todos fueron hacia El Dorado, dónde el Chárter de Aerolíneas Argentinas AR 1953 con la misma tripulación del viaje de ida le apuntó la nariz de la nave a nuestro país, para llegar hoy por la mañana a Ezeiza.

 

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