Walas: “Massacre ya es parte del museo de cera del rock”

El artista se presentará con la banda en el Gran Rex con una propuesta psicodélica para sumergirse antes que para poguear

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“Cada tanto hacemos Massacredélica, donde hacemos la fase más psicodélica, no la fase más poguera. Alquilamos un teatro y hacemos un espectáculo más flashero. Ahora, decidimos hacer esto pero en el Gran Rex, nada menos”: así explica Walas a Riesgo Rex, espectáculo que Massacre llevará al Gran Rex el 19 de mayo y que ya agotó su primera preventa.

Será, como anticipa el carismático frontman de la banda en diálogo con EL DIA, un desafío diferente, un show en plena calle Corrientes donde pasearán los clásicos. “Siempre hacemos recitales con la gente parada, así cuando hacemos teatros es especial. Estamos preparando un show diferente a los recitales de Massacre: un espectáculo que se centra en lo visual, en lo psicodélico, en los sentidos”, anticipa Walas, y promete un repertorio “distinto a lo que hacemos siempre” con músicos invitados que incluyen un cuarteto de cámara.

El lugar central del escenario lo tomará Walas, que aprovechará para dar rienda suelta a su faceta más performática. “Las dos facetas me gustan”, reconoce, “la poguera, con la gente encima de una, y la teatral, con ese costado más performático”. Pero el artista estará acompañado bajo la luz principal por la psicodelia, especie de lado B de la banda que nació del punk.

Un extraño maridaje entre el rock de garage y sus ropas en negro, y el colorido vuelo del rock más progresivo y lisérgico. “De muy chicos empezamos haciendo punk, pero rápidamente crecimos hacia cosas con teclados, guitarras acústicas, empezamos a incorporar cosas nuevas”, relata esa unión Walas. “Y nos gusta muchísimo la psicodelia: hay partes de temas en vivo donde nos colgamos, se generan zapadas, y eso nos gusta mucho”.

En definitiva, aunque parecen antítesis hasta desde la paleta de color, el punk y la psicodelia nacieron como movimientos contraculturales, respuestas a la chatura y la angustia de la sociedad. El teórico Mark Fisher llegó a proponer el socialismo psicodélico como escape al realismo capitalista. Su blog se llamaba K-Punk. Movimientos antídoto.

“Ya desde chicos, meternos en un garage a hacer música era un antídoto con el afuera. Andar en skate, en una ciudad donde no había skate, también. El artista se inventa antídotos para refugiarse a sí mismo y también como excusa para comunicar, para decir cosas”, dice, al respecto, Walas.

Las nuevas generaciones andan con remeras de Joy Division, de Velvet Underground. Cosas impensadas. Y las remeras son termómetros para ver en qué anda la gente”

Walas, el líder de massacre

 

-Hablando de los artistas, ¿ves en la juventud esa disrupción del punk, del skate, de la psicodelia, en la música de hoy?

-Sí, hay un semillero. Con ver las remeras te das cuenta de que las nuevas generaciones andan con remeras de Joy Division, de Velvet Underground. Cosas impensadas. Y las remeras son termómetros para ver en qué anda la gente. Nosotros, cuando éramos chicos éramos contracultura, porque salíamos a la calle y no había remeras de Ramones. Pero ahora, después de haber pasado por remeras de Ramones y Nirvana, hay una generación que busca esa contracultura.

-Es una generación que tiene mucho del “hazlo tú mismo” del punk, haciendo música desde sus piezas con lo que tienen a mano, una computadora, un celular, desde los traperos hasta Billie Eilish.

-Me encanta Billie Eilish. No pude verla en el Lollapalooza, pero mi familia fue íntegra a verla, incluso con remeras de Billie Eilish. Me encanta ese minimalismo que tiene, ese canto que tiene que parece que está llorando. Hay mucho “hazlo tú mismo” acá. Las bandas del under sacan discos de vinilo y singles son todos de esa escuela.

Un nuevo disco

Massacre llegará al Gran Rex mientras preparan un nuevo disco, “Nuevo”, el noveno álbum de la banda que contará con nueve canciones y será producido por Gustavo Santaolalla, Héctor Castillo y Federico “Fico” Piskorz, en tres etapas: Santaolalla en Buenos Aires, Castillo en el Sonic Ranch tejano, y Fico en Buenos Aires. Hoy sale el primer single de la fase Héctor Castillo.

-Es el noveno álbum de la banda, que no solo no se han autodestruido, como tanto punk, sino que han soportado todas las crisis del país, la gente ya mató al rock 30 veces, cambió el siglo… ¿Cómo explicás esa longevidad?

-Es cierto que la gente mató al rock 30 veces. Yo lo maté una vez: cuando murió Lou Reed, corté una guitarra en el escenario con una motosierra y di por muerto al rock. Y también me equivoqué. Son ciclos. El rock de repente está muy exacerbado, como en los 2000, después vuelve a su cauce contracultural. Ahora hay muchas expresiones nuevas, de eso que se llama urbano, que es lo que está de moda ahora, y el rock está un poco relegado.

-¿Y para una banda que siempre fue contracultural, no existe un riesgo de “museización” tras tanto tiempo, grabando en Estados Unidos, haciendo un teatro con gente sentada ahora en el medio de la capital federal?

-Es que nosotros, a pesar de que queremos ser siempre vanguardia, ya somos parte del museo de cera que es el rock nacional. Tenemos el compromiso de ser vanguardia, pero hablando de longevidad, nosotros ya trascendimos generaciones, nos vienen a ver padres, hijos y nietos. A partir de los últimos discos, de laburar con productores y demás, ya somos parte del rock nacional.

Walas

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