En La Plata, una “escuela del delito”: asaltan a un menor que no tuvo clases por un paro

Ocurrió en 76 entre 29 y 30, cuando la víctima, de 14 años, aprovechaba una huelga docente y, la inactividad en su colegio, para dormir. Tres delincuentes le taparon la boca, lo ataron y le robaron unos 30 mil pesos. Terrible susto

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Cuando un menor de 14 años se enteró que ayer no iba a tener clases en su escuela, debido a un paro docente, como concurre al turno mañana, decidió aprovechar la ocasión para dormir un rato más en su vivienda del barrio Cementerio.

Claro que en estos tiempos de inseguridad sin límites en La Plata, cualquier plan puede quedar infectado por ese flagelo tan temido.

Así, la idea inicial de contar con más horas de descanso fue abortada por un grupo de delincuentes, que interrumpió su sueño, lo maniató y, durante un buen rato, revisó los diversos ambientes de la propiedad, para luego escapar con unos 30.000 pesos.

Los detalles del hecho fueron dados a conocer por Fernando Horacio Pecina (50), el papá del adolescente.

“Justo mi hijo estaba solo al momento del asalto, porque soy viudo y ni su hermano ni yo estábamos en casa”, consignó.

“PENSABAN QUE NO HABÍA NADIE”

Pecina dio por segura una hipótesis sobre este episodio delictivo: “Estoy convencido que los ladrones pensaban que en casa no había quedado nadie, porque a lo mejor vieron cuando salíamos con mi otro hijo”.

También mencionó la circunstancia que gravitó decididamente en el pésimo momento que afrontó el joven.

Explicó al respecto que “justo se dio que estaba en casa a las 7 de la mañana, que es a la hora en que los ladrones se metieron por la fuerza, porque no concurrió al colegio. Había paro docente”.

El hombre dejó entrever que quizá los asaltantes conocían los movimientos de la casa y que, por tal razón, supusieron que iban a actuar sobre seguro.

“Se deben haber sorprendido de encontrarlo en la vivienda”, conjeturó.

Consultado acerca de si la banda fue quien despertó a su hijo en la cama de su dormitorio, respondió que “no, él escuchó ruidos por la maniobra de estos pibes para violentar la puerta de entrada. Y se despertó sobresaltado”.

Ni qué decir cuando el adolescente quedó cara a cara con los extraños, que consiguieron acceder al interior del inmueble.

ATADO Y ACOSTADO

“Para colmo -contó su padre- los delincuentes lo ataron y lo dejaron acostado en la cama, con cintas de nailon. Y le advirtieron que debía quedarse quieto para que no le pasara nada malo”.

Privado de la posibilidad de realizar cualquier movimiento y, superado en cantidad de personas por la banda, el joven no tuvo más alternativa que acatar esa exigencia.

Mientras uno de los delincuentes lo vigilaba con un arma de fuego, sus cómplices se abocaron de lleno a la tarea que los llevó a la finca: robar todo lo de valor que encontraran durante la requisa en sus diversos ambientes.

Al ser consultado sobre lo sustraído en su casa por el trío de ladrones, Pecina informó que “después de reclamarle a mi hijo que les dijera dónde estaba el dinero, finalmente en su búsqueda por toda la casa consiguieron robar entre 25.000 y 30.000 pesos”.

“Por suerte, no lo golpearon. Hubiese sido todavía más traumático para él”, rescató.

De todas maneras, el menor vivió una situación de tensión extrema durante la “media hora” que su padre manifestó que duró el asalto en su inmueble.

“Hasta lo amenazaron con tomar alguna represalia si denunciaba lo sucedido”, reveló el hombre a continuación.

Por lo que ocasionales testigos pudieron observar al momento de la fuga de la banda, actuaron “a cara descubierta”, al tiempo que estimó que sus edades oscilan “entre los 18 y los 20 años”.

“PEDÍ REVISAR LAS CÁMARAS”

Asimismo, Pecina no sólo admitió que por el mal trance sufrido por uno de sus hijos radicó la denuncia correspondiente en la comisaría octava.

Paralelamente, hizo trascender que “ya le pedí a un vecino de revisar lo grabado por las cámaras de seguridad”, filmación que también resulta de interés para los investigadores, a fin de tratar de individualizar a los responsables del atraco.

“Queremos al menos saber si estos pibes (por los asaltantes) son del barrio o vinieron de otro lado, porque hace 2 años que vivimos en la zona y no conocemos todos”, refirió después.

“Andan robando bastante por acá”, cerró preocupado.

 

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