Seducción, amenazas y robo: audaz entradera en el zona de plaza Sarmiento
Edición Impresa | 6 de Mayo de 2023 | 02:45

La necesidad de sorprender en su buena fe a sus víctimas para despojarlas de dinero y otros efectos de valor, impulsa a muchos delincuentes a agudizar el ingenio para desplegar algún ardid que les posibilite concretar dicho propósito.
Fue precisamente lo que hizo una banda delictiva, a la hora de la siesta, en un PH de la calle 20 entre 65 y 66. Según lo informado ayer a este diario por quien vive en el departamento “B” de ese pasillo junto a su madre, “a las 15.05 del jueves” se presentó allí “una chica de unos 30 años, rubia, de pelo largo y lacio, delgada y de 1,70 de estatura” y golpeó con una mano la puerta del departamento.
Eduardo (27), de nacionalidad peruana al igual que su madre Isabel (47), reveló que la desconocida apeló a la seducción y “ preguntó si sabía dónde alquilaban y que alguien le había dicho que en este pasillo había un departamento en alquiler. Le dije que no era así, le contesté que no era esa la dirección donde estábamos hablando, cerré la puerta y ella se fue”.
El joven supuso que ahí había finalizado el contacto con aquella. Pero no, porque, mencionó luego “a los 10 ó 15 minutos regresó y me tocó de nuevo la puerta”. Citó que como la mujer “tenía buena apariencia física, estaba bien vestida y todo de negro”, cuando escuchó que del otro lado de la puerta ella le dijo “soy yo otra vez”, decidió abrirle a quien no le había resultado sospechosa.
“Pero cuando atendí, la vi pero enseguida se me vinieron encima dos muchachos de unos 25 años, que tenían gorritas con visera y barbijos para ocultar sus rostros. Y cubrían sus manos con guantes de lana. Me abrazaron y me obligaron a empujones a meterme adentro con ellos. Uno estaba con un revólver color plateado”, recordó.
”¿ESTÁS SOLO?”
Acompañado por su madre durante el diálogo con EL DIA en la puerta de ese PH, Eduardo reveló que, apenas ingresaron al departamento, “uno de ellos me preguntó `¿estás solo?´ , les dije que sí y en el comedor me ataron las manos y los pies con las correas de mis dos perros de raza caniche”.
No conformes con haber inmovilizado al dueño de casa, “también me tiraron una campera en la cabeza, para que no los mire”.
Recién entonces ambos ladrones se dedicaron a revisar y hasta causar algunos destrozos, principalmente en una habitación, con tal de intentar descubrir dónde las víctimas -madre e hijo- guardaban sus ahorros y otros elementos de valor.
Esa búsqueda, indicó, fue minuciosa. A tal punto, que se tomaron “50 minutos” en los cuales, precisó Eduardo, “robaron 1.200.000 pesos y unos 500 dólares, de nuestros ahorros”.
Esos montos fueron engrosados con otras pertenencias de las víctimas: “También robaron ropa, zapatos, bijouterie y perfumes”, reveló por su parte Isabel. La Policía informó que también la banda escapó con “una PlayStation 3 y un teléfono iPhone”.
“TE PEGAMOS UN TIRO”
En otro tramo de la charla, Eduardo memorizó que “a cada rato pedían más plata, no se conformaban. Pedían dólares y uno me amenazó que iba a pegarme un tiro”
La mujer, además, visiblemente afectada por el atraco que padeció en carne propia su hijo y las pertenencias sustraídas lamentó que “con el dinero que nos llevaron íbamos a hacer un viaje a Perú a fin de año, para visitar a nuestros familiares”. Ella y su hijo, puntualizaron, son nativos de la ciudad de Chimbote, al norte de Perú.
Por otra parte, Isabel aludió a que “estos delincuentes estaban con cómplices que los esperaron dentro de una camioneta nueva, color blanca, que estacionaron frente a este pasillo”. Los investigadores precisaron que se trata de una Toyota, modelo Hilux, de acuerdo a lo filmado por una cámara de seguridad de la cuadra. “Lástima que no alcanzó a grabar a la patente”, lamentó Eduardo.
“El vehículo tenía una escalera en la parte trasera y sus ocupantes emprendieron la fuga en dirección a la calle 20”, aportó uno de los pesquisas.
Dentro del departamento, los dos delincuentes dejaron al damnificado maniatado y a la vivienda en un completo desorden. “Con bastante esfuerzo, a las 4 de la tarde me pude finalmente desatar y avisar a vecinos sobre lo ocurrido”, señaló el joven.
Una vez enterada su madre sobre este hecho de inseguridad, se comunicó con el 911 y al rato llegaron al lugar efectivos policiales de esa jurisdicción y, posteriormente, personal de la Policía Científica. Buscan a los implicados.
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