Cuando la rutina se vuelve peligrosa

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En abril de este año, un delincuente le arrebató el teléfono a un niño en 14 y 76, cuando estaba a punto de entrar al colegio Nuestra Señora de Fátima. El padre de la víctima rastreó el dispositivo por el GPS, persiguió al ladrón, lo encontró en 12 y 55 y se peleó con él, tras lo cual ambos fueron detenidos. Los robos en inmediaciones de colegios se han vuelto tan habituales como peligrosos, afectando a alumnos, docentes y padres, en nuestra ciudad y otras del Conurbano.

En agosto del año pasado, por caso, dos adolescentes, de 15 y 17 años fueron heridos con diferencia de media hora, en Lomas de Zamora y en Merlo, respectivamente, cuando salían de los colegios. El primero tuvo que ser sometido a una operación en la rodilla derecha tras ser baleado y el otro sufrió la extirpación de un riñón a causa de una de las dos puñaladas para quitarle el celular.

 

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