“Zafaste, el tiro no salió”: un comerciante platense, ante un momento límite
Edición Impresa | 26 de Julio de 2023 | 04:27

“Zafaste, el tiro no salió”, le dijo con tono irónico y burlón al comerciante al que le acababa de martillar un arma en la cabeza. En ese instante extremo, límite, al escuchar el “clic”, un montón de imágenes y pensamientos se hicieron cuerpo en la víctima. Toda una vida en una especie de flash. Por eso la angustia, el shock, que en la jornada de ayer le impidieron tener su negocio abierto.
De acuerdo a lo que pudo saber este diario, el brutal episodio de inseguridad ocurrió en inmediaciones de Plaza Rocha, que parece ser la nueva atracción para el delito en la Ciudad.
En ese contexto, según las denuncias vecinales, en un breve lapso temporal se registraron al menos tres atracos, algunos de ellos con pocos días de diferencia.
Este último evento tuvo lugar el lunes pasado en un negocio de venta de calzado e indumentaria deportiva, que funciona en 61 entre 7 y 8.
INSÓLITA EXIGENCIA
En base a lo informado a EL DIA por uno de los detectives que trabaja en el caso, se pudieron conocer los pormenores del ataque.
“El hombre que atendía el negocio vio en un momento dado que un sujeto estaba parado frente a la puerta del entrada del local, esperando que le abrieran”, refirió en el inicio de la charla.
A diferencia de otros asaltos, en que todo arranca sin pérdida de tiempo, en esta oportunidad hubo una tarea de distracción previa, ya que el ladrón intentó primero hacerse pasar por cliente.
En tal sentido, el mismo vocero citó que se mostró interesado por algunas prendas que estaban en los exhibidores.
Pero lejos de demostrar interés en comprar alguna de ellas, le planteó al responsable del negocio un pedido que lo descolocó.
“Quería que le regalara varios artículos que le habían gustado, recibiendo como lógica respuesta la negativa de acceder a semejante exigencia”, reveló el investigador policial.
Entonces, según lo manifestado por el oficial, se dio inmediatamente el comienzo del asalto.
“El ladrón extrajo entre sus ropas un arma de fuego y le ordenó al comerciante que abriera la puerta del negocio, porque afuera había quedado un cómplice”, reflejó.
“LO HIZO TIRAR AL PISO”
En desventaja numérica y amedrentado por el ladrón que portaba el arma de fuego, quien sería el hijo del propietario del comercio no tuvo más opción que acatar lo que le demandaban.
“El pibe que entró primero lo hizo tirar al piso y le reclamó la entrega del teléfono celular y las llaves del negocio, a lo que accedió por miedo a alguna represalia”, expuso el detective.
La víctima también quedó desconcertada al escuchar a los asaltantes que “le pidieron que escriba en un papel la clave de acceso al menú principal del celular que acababan de robarle”.
Para desalentar cualquier negativa a esa petición, “el delincuente que entró al local en segundo término, le apuntó a la cabeza con un revólver de color negro y martilló o gatilló el arma, porque el comerciante escuchó en ese instante un sonido”.
Reveló que el mismo asaltante, con sorna, “le dijo `zafaste que no te salió el tiro´. Entonces, lo obligaron a levantarse del suelo y lo llevaron hasta el baño, donde lo dejaron encerrado para después emprender la fuga”.
“NO SALGAS”
Seguidamente, el vocero policial dio a conocer también que una vez que dejaron al damnificado dentro del baño “le advirtieron que no salga de ahí hasta que ellos se hayan escapado de la zona”.
El comerciante, sin ánimo de contradecirlos, entonces aguardó pacientemente algunos minutos hasta que escuchó un portazo.
Consultado acerca del panorama con que se topó dentro del negocio, el oficial de Policía respondió que “miró todo y comprobó que le robaron “cinco pantalones deportivos, cuatro camperones y dos jeans”, detalló el informante.
El asalto generó un gran revuelo en la cuadra y por eso hubo un llamado a la central de emergencias 911, por lo que un rato más tarde se presentaron en la escena varios patrulleros.
Así, tras tomar conocimiento de lo ocurrido, salieron a la búsqueda de los ladrones, pero sin conseguir localizarlos.
En un comercio lindero, ayer se reveló que la casa de deportes abrió hace unos seis meses y que ya lleva dos robos. Sin dudas, la inseguridad gana por goleada.
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