Paula Almerares y su vuelta por doble partida al Argentino
Edición Impresa | 29 de Julio de 2023 | 04:43

Dice Paula Almarares que lo que está viviendo es un sueño. Después de una destacada carrera de más de 30 años que, como soprano, la llevó a recorrer el mundo, sigue vigente y con mucha actividad. Luego de haber sido convocada este año para reabrir la Ginastera, en los próximos meses volverá a cantar en el Argentino, un teatro que siente como su casa y en el que desde agosto asumirá un nuevo desafío que la tendrá como directora de la Clínica de la Voz.
Se trata de un nuevo programa gratuito del Instituto Cultural que formará a personas con experiencia en canto lírico. En esta primera edición, serán doce los participantes que se seleccionarán mediante un proceso de audición. Los elegidos realizarán una cursada semanal durante cuatro meses, con clases de 40 minutos, que serán dictadas por Almerares junto a un equipo artístico que incluirá a un pianista repertorista. Al finalizar, no sólo se llevarán certificados de acreditación, sino también la experiencia de haber ofrecido un concierto en la Piazzolla.
En diálogo con EL DIA, Almerares aseguró que lo que hace diferente a esta Clínica de la Voz con respecto a otras es la posibilidad que le da a los participantes de “estar parados en un gran escenario, con todo lo que eso implica, porque eso les abre la cabeza: no es lo mismo cantar en un lugar pequeño que cantar en un verdadero escenario”.
Otro aspecto distintivo de este proyecto es que las clases serán individuales. “Me gustan las masterclass, pero a veces siempre algo queda colgado y yo soy un poco ansiosa y me gusta que puedan aprender rápido. Amo la enseñanza”, admitió Almerares, a quien le incomoda el concepto maestra-alumno. “Yo soy más del concepto de par porque sé que siempre voy a aprender del otro. ¡Soy una zapatilla más! No me interesa tener una corona de nada. Les voy a compartir todo lo que sé sin guardarme nada”, agregó.
Las inscripciones para ser parte de la Clínica de la Voz estarán abiertas hasta el 14 de agosto y se realizarán a través de cpataescuelalirica@gmail.com. Para las audiciones, será requisito presentar dos arias de ópera y un lied, más una canción de compositor argentino.
Este no será el único proyecto que tendrá Almerares en el Argentino. La artista, ciudadana ilustre de la Ciudad, volverá al escenario después de haber reabierto la Ginastera, en abril pasado, con la Novena de Beethoven. Para ella, se trató de un evento más que especial en tanto, en 2000, cuando el teatro renacía después del fatídico incendio, también había sido convocada para la gala de reapertura, algo que aún recuerda con emoción.
“Fue muy fuerte porque ser elegida dos veces es una responsabilidad grande y a la vez es un respeto al artista después de muchos años de carrera”, admitió la artista, feliz de seguir siendo convocada.
De hecho, en septiembre tendrá a su cargo una gala en la Piazzolla, acompañada por el pianista Miguel Ángel Cagliani, con quien ofrecerá un repertorio de cámara, algunas arias de ópera y otras piezas brasileñas. Y más adelante, en noviembre, en la Ginastera, participará como solista del Requiem de Verdi, en el que será su debut con esa pieza en el Argentino.
-¿Por qué pasó tanto tiempo para que interpretes esta obra acá?
-No se dio por diferentes circunstancias y, admeás, hace mucho que no se hace el Requiem de Verdi en el Argentino. En otros momentos yo era muy chica y no era para mí. En aquel entonces, no lo podía abarcar, se necesitaba más cuerpo vocal. Ahora sí es para mí. Ahora sí puedo abarcarlo, tengo un sensor que me dice “esto sí, esto no”.
-¿Cómo podrías definir esa obra dentro del repertorio clásico?
-El Requiem es una mezcla de todo el Verdi más serio y tiene sus momentos muy complejos porque no para de cantar prácticamente y es una obra inmensa, es casi una ópera porque el concepto de él fue muy operístico, muy amplio, muy grande y tiene su gran duración. Es un gran desafío interpretarla.
-Después de tantos años de trayectoria, seguís activa. ¿Cómo vivís este presente?
-Me siento en el ruedo, cantando otro tipo de repertorio y sin haber dejado de estudiar. Yo soy como los médicos, me gusta seguir formándome, porque hay un clic que se produce en mujeres y en hombres a una cierta edad, que ya la pasé lógicamente, más o menos a los 35 años, que si no has tenido una técnica de base buena, ahí se produce un quiebre. Yo no quería que me pasara eso, me fui asesorando y estudié tanto que tengo la suerte de que mi voz se ha agrandado pero no ha cambiado desde el punto de vista de un cambio abrupto de repertorio. He sumado repertorio sí pero, por suerte, no quité.
-¿Cuál va a ser la señal que te diga cuando bajarte de los escenarios?
-Yo creo que en la primera de cambio que aparezca alguna señal rara de falta de aire o agilidad, yo, por más de que me esté matando en el training, ahí directamente hago marcha atrás. Pero todavía tengo mucho por delante y hay muchas óperas que quiero volver a hacer. Todavía tengo mucho para dar.
-¿Qué título te gustaría hacer?
-A mí me gustaría hacer “Romeo y Julieta”. Cuando terminé de hacerla en 2018, ese mismo día dije ¿cuándo volveré a hacerla? Me encanta y ojalá se de.
-¿Cómo es en general el trato que le dan a los artistas adultos dentro de la ópera?
-Es relativo. Por ejemplo, el Metropolitan en Nueva York cuida mucho a sus artistas. Diana Damrau (52) acaba de hacer “Romeo y Julieta” y es una cantante adulta y sin embargo la respetan y no buscan una persona de 25 años que no puede hacerlo. Siempre fue mi sueño ese cuidado para los artistas y sobre todo porque tengo la voz; si no la tuviera, directamente me voy sola (...) En el Argentino siempre me han respetado, en el Colón también pero hay cambios. Pero, bueno, hay que adecuarse a cada momento. Espero poder volver a hacer una ópera porque, realmente, es lo que la gente me pide en la calle.
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