VIDEO. Estudiantes volvió a hacer historia en Brasil y se clasificó

Un nuevo triunfo por copas internacionales para meterse entre los 8 mejores equipos de un certamen continental que anhela, sueña y lo ilusiona

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goiania, Brasil

Martín Cabrera

mcabrera@eldia.com

Estudiantes volvió a ganar en Brasil. Como en 1989 por la Supercopa y en 2009 y 2022 por la Libertadores. Anoche, en el Serra Dourada de Goiania superó 2-0 al local, Goiás, resultado que le permitió meterse en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, un objetivo planteado en la previa pero para nada sencillo de alanzar.

El equipo de Eduardo Domínguez, que había llegado a Brasil con una buena ventaja por lo conseguido en el partido de ida, tenía muchas (demasiadas) bajas que hacían vislumbrar con un escenario más adverso. No desfiló por la cancha, pero se fue haciendo grande en la medida que pasaron los minutos y logró lo que muy pero muy pocos equipos argentinos consiguen en este país vecino: ganar.

El partido había empezado como se esperaba, con un equipo presionando en la salida, buscando de manera desesperada el hueco un agujero para empezar a descontar la desventaja en contra sufrida en La Plata. Desde el minuto 1 se vio a un Goiás haciendo todavía más ancha esa cancha que tiene forma de estancia y literalmente lo es.

Por eso fue tan importante y tranquilizador el gol de Gastón Benedetti a los 5 minutos, en la primera jugada elaborada, la primera vez que la visita pasaba la mitad de cancha, de la mano de Santiago Ascacibar, que incluso tuvo que sacar de encima al árbitro del partido, que se le paró adelante y no lo dejó avanzar. Un segundo después pudo darle el pase al Vasco, que pisando el vértice del área emuló a Roberto Carlos para un golazo que no olvidará nunca. Van a pasar los años y seguirá relatándolo.

Pero quien creía que el local se iba a entregar o bajar los brazos se equivocó. Es verdad que el 1-0 dio un respiro más y un gol para descontar. Pero desde entonces el partido siguió igual y Estudiantes la pasó mal muchas veces, sobre todo cuando atacó con pelota dominada o con pelotazos frontales por la banda izquierda, en donde el mencionado lateral y el otro juvenil. Nicolás Fernández sufrieron la velocidad de Allano, que cada vez se lo propuso hizo daño.

Por ese lado llegaron los desbordes, los centros los remates al arco. La mayoría de ellos fueron rechazados por Mariano Andújar, la figura invisible de ese primer tiempo que lo tuvo a Estudiantes ganador, pero lejos de sentirse cómodo defensivamente. Incluso las que no atajó tuvo como aliado al travesaño, que le sacó el empate a Goiás con un tiro libre. Allano, el grandote Joao Magno y Guilherme fueron un problema sin solución, porque al ser más rápidos pudieron ganar a las espaldas de los cinco defensores, que prácticamente no pudieron romper ese bloque defensivo. No pudo el Pincha tener la pelota y allí radicó la base de todo el período.

Muy lejos quedó Mauro Méndez, que tuvo que pelearse contra la defensa local (muy débil y vulnerable, por cierto) para hacerse de la pelota, generalmente que le llegaba en forma de pelotazos frontales o cruzados. No tuvo en Rollheiser a su mejor compañero, porque esta vez el exRiver perdió demasiadas veces el balón con su equipo volcado en ataque o no encontró el pase filtrado en forma correcta. Aun así el uruguayo tuvo en su cabeza el 2-0, que salvó Tadeu. Hubiese sido demasiado premios dos goles de ventaja, pero...

Además del gol de ventaja, lo mejor que se llevó Estudiantes al descanso fue mantener a sus 11 jugadores en cancha, porque promediando el primer tiempo lo buscaron a Rollheiser y Méndez y éstos entraron en una pelea de empujones que claramente no le servía al equipo, que en dos semanas tendrá otra batalla en terreno brasileño. El propio Andújar corrió de área a área, lo mismo que Lollo, para sacar al “10” de una situación que claramente no le quedaba bien. Lo peor es que se llevó una amarilla.

Para jugar los últimos 45 minutos Domínguez metió mano en la defensa. Afuera Núñez y Fernández, que estaba amonestado. Guasone le intentó dar más fuerza al juego aéreo y Mancuso ayudar en el sector derecho para liberar a Leo Godoy. Intentó refugiarse y salir de contra con más gente. La primera vez que lo hizo llegó al segundo gol, el que definitivamente le bajó la persiana a la serie, pese al esfuerzo de Goiás de seguir yendo al ataque. Pasó al ataque Leo Godoy, tocó atrás a Rollheisere que tenía pase cruzado con superioridad numérica, pero se tiene tanta confianza que probó al arco un zurdazo letal: golazo para cerrar la cancha.

A partir de allí ya pudo controlar el partido. El ingreso de Mancuso le permitió a Godoy volantear y así tener mayor presencia en el medio. Y llegar por las bandas para lastimar a un equipo que indudablemente hace daño cuando ataca pero sufre mucho cuando le hacen lo mismo. Tan cantado el partido que el DT sacó de la cancha a Rollheiser y Méndez: no quiso ni un solo dolor de cabeza para una noche soñada. El “10” se llevó el aplauso cerrado de los hinchas y el pedido de “es del Pincha y del Pincha no se va…”. No jugó su mejor partido, pero hizo un gol que elevó aun más su precio. Hoy no tiene techo.

El final lo encontró con la cabeza en alto, pelota al pie y varios juveniles en cancha. Mejor imposible para un Estudiantes que otra vez está entre los mejores ocho equipos del continente en una copa que anhela, sueña y lo ilusiona siempre. Ahora con argumentos más sólidos.

 

 

Estudiantes vs Goiás Copa Sudamericana

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