Marie Gouiric y sus versos como revoluciones
Edición Impresa | 13 de Agosto de 2023 | 04:06

El poemario “Un método del mundo” de la escritora argentina Marie Gouiric se detiene en elementos sutiles como “los tarros vidriosos del dulce” o “el aire a barniz que sale de las carpinterías” pero también en lo complejo de las relaciones humanas, la hambruna en la infancia, el abandono y la violencia de género para recordar, según señala la autora, cómo la poesía puede ser “un lugar en el cual crear bases intelectuales para las revoluciones, para los cambios, para la propia vida”.
Gouiric nació en Bahía Blanca en 1985 y se mudó a la Ciudad de Buenos Aires en el 2010. Es licenciada en Enseñanza de las Artes Audiovisuales y da talleres de poesía en su casa.
La reedición del poemario a cargo de Blatt & Ríos coincide con la publicación de su última novela titulada “Ese tiempo que tuvimos por corazón” y lo interesante es que uno y otro se retroalimentan. “Voy armando un universo. Si vos lees este poemario y después la novela, hay muchísimos ecos. Los personajes vuelven a aparecer”, dice la escritora, durante una entrevista en un cálido departamento de la ciudad de Buenos Aires.
El poema inaugural de “Un método del mundo” fue escrito en 2012. Se llama “Ley 26.485” y hace referencia a la legislación que previene, sanciona y erradica la violencia contra las mujeres en los ámbitos interpersonales. Esta temática aparece en varias ocasiones en el libro a partir de poemas que reflexionan sobre los estereotipos impuestos a las mujeres que resultan opresores y la desigualdad en la distribución de las tareas domésticas.
Sobre la creación del poemario, la autora cuenta que desde entonces “pasaron un montón de cosas a nivel propio”, pero también “a nivel colectivo”. “La ley esa tenía dos años nada más, era muy nueva. Después hubo un furor precioso -hasta mediático- del feminismo, de las leyes. Empezó a haber políticas públicas en relación a muchos temas, entonces cambió”, plantea.
Otras escrituras se anclan en inquietudes como la familia y el hecho de dejar el nido. “Era una chica que se había ido de su ciudad y la poesía claramente me estaba sirviendo para acompañar cierta tristeza de no estar más en contacto con un paisaje y de ese desprendimiento que hacemos de la familia de origen”, cuenta.
¿De qué se trata escribir para Gouiric? “Pienso que en la vida tenemos cinco imágenes que nos interesan y las repetimos todo el tiempo. No creo mucho en la originalidad o en tener que estar siempre escribiendo algo nuevo. La complejidad es ir generando un mundo y preguntas y sostenerlas; bancarlas a través del tiempo”, señala.
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