Dolor en La Plata por la muerte de un ex juez de menores

Se trata de Julio Augusto Bardi, quien tuvo una destacada actuación en el Tribunal N° 1 del Departamento La Plata. Fue un inclaudicable defensor de las instituciones y luchó por ellas aún bajo presión

Edición Impresa

Tuvo una destacada actuación como juez de menores en el Tribunal N° 1 del Departamento La Plata, pero además fue un inclaudicable defensor de las instituciones y luchó por ellas aún bajo presión. Por eso el fallecimiento de Julio Augusto Bardi causó una profunda tristeza en distintos ámbitos a los que se vinculó.

Había nacido en La Plata, el 20 de noviembre de 1944, sus padres fueron Blanca Gallegos y Julio Augusto Bardi y creció junto a su hermana Rosalí. Cursó la escuela primaria en el Colegio Monseñor Rasore; la secundaria, en el Colegio San Luis y, luego de hacer el servicio militar en la compañía de Talcahuano, completó su formación en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó como abogado.

Bardi realizó sus primeros pasos en la Fiscalía y más tarde desarrolló su profesión de manera independiente junto al abogado Giménez Zapiola.

En 1983 fue veedor judicial del Partido Justicialista y tiempo después comenzó su carrera judicial.

Se desempeñó por 22 años en la Justicia provincial y 14 años como juez del Tribunal de Menores Nº 1, un cargo desde el que ganó el reconocimiento y respeto de sus pares y de los empleados con los que trabajó.

En 2008 decidió renunciar a su cargo y se jubiló haciendo pública su visión del deterioro en el que estaba cayendo la Justicia. En su entorno ponderaron la capacidad con la que pudo anticipar “la corrupción en la política, el avance del narcotráfico, los problemas en la infancia por la desnutrición y la pérdida de la calidad educativa”, temas sociales que siempre fueron parte de su agenda.

Bardi fue un hombre muy sociable y de valores humanitarios que le permitieron establecer fuertes y duraderas amistades, ya sea con sus compañeros de la infancia, con los del servicio militar o los que hizo a lo largo de su carrera.

En el tiempo libre le gustaba seguir las campañas de Estudiantes junto a su hijo; escuchar tango -era fanático de Carlos Gardel-; tocar la guitarra y cantar; viajar; nutrirse de las distintas ramas del arte y reflexionar sobre las ideas sanmartinianas.

Estaba casado con Ana -Toia- Victoria Goñi y la familia creció con la llegada de su adorado hijo Julio Bernabé, quien sigue sus pasos profesionales y heredó sus valores y pasión por la música.

Como hombre reflexivo, Bardi transmitió valores de honestidad y nunca se desvió de sus ideales, atributos por los que será recordado.

 

muerte la plata

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE