Demoras y trastornos en el viaje en tren o por la Autopista a Buenos Aires
Edición Impresa | 26 de Agosto de 2023 | 04:32

No deja de ser frecuente que miles de automovilistas, pasajeros de micros y conductores de transportes de carga vean bloqueada la Autopista La Plata-Buenos Aires durante varias horas ya sea por cortes de tránsito causados por distintos tipos de protestas o por distintos incidentes viales que originan también demoras de importancia. La crónica diaria viene demostrando que, lamentablemente, eso es lo que suele suceder.
Algo similar ocurre con el servicio del tren Roca entre La Plata y Constitución que, tanto la frecuente realización de distintos trabajos –reparación de vías, durmientes, andenes o la ejecución de otras obras civiles-, como por fallas en la energía o, también, por los cortes de vías que suelen realizar distintos grupos de protesta. Todo ello se traduce en injustos y muy graves perjuicios para la numerosa población que utiliza el servicio ferroviario.
Se trata, claro está, de causas diferentes. Pero es importante señalar que, sumadas todas ellas, concluyen por convertir el trayecto entre las dos capitales en azaroso, con el agravante de que en ambos casos no existen caminos ni recursos alternativos para resolver en corto plazo tales situaciones.
En ese sentido, se suelen producir cortes de la Autopista o del ferrocarril en sectores que carecen de salidas alternativas rápidas o medios de transporte cercanos que permitan a los pasajeros completar el trayecto en tiempos relativamente breves. Por el contrario, ciertamente que la mayoría de estos accidentes y problemas se traducen en horas perdidas para miles de personas.
Parece imprescindible entonces que, más allá de los casos que se plantean por razones de fuerza mayor –como los incidentes viales o las averías en el servicio ferroviario- las autoridades debieran poner el acento en impedir que los piquetes tomen la totalidad de la Autopista, de modo de dejar siempre abierto a la circulación uno de los carriles.
La ausencia de guardias que “aligeren” la influencia de los piquetes se vuelve exasperante.
En el caso del ferrocarril, por los peligros que conlleva a partir de la electrificación y, sobre todo, por tratarse de un circuito que debe permanecer cerrado en todo su itinerario, los cortes de vías debieran ser despejados de manera inmediata, impidiéndose que un grupo de personas se arrogue además la facultad de cerrarle el paso a miles de personas. Ante cada uno de los piquetes que cortan autopistas, calles y vías férreas se ha enfatizado acerca de la necesidad de que las autoridades adopten medidas que apunten a evitar la repetición casi cotidiana de una metodología de expresión, que causa tantos trastornos a la gente que necesita acudir en forma puntual a sus trabajos o que viaja por finalidades que le son propias y que se les son negadas.
Ni la Autopista ni las vías del ferrocarril Roca existen para que alguien proteste por despidos en algún establecimiento, para dar curso a reclamos salariales o por planes sociales o por la falta de luz o agua en alguna zona.
De esos problemas no son responsables ni tienen por qué pagar los platos rotos las miles de personas que quieren ir a trabajar, viajar o simplemente ejercer el derecho constitucional de transitar.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE