Colecho con bebés: alertan que no es seguro “bajo ninguna circunstancia”

La Academia Americana de Pediatría extremó sus recomendaciones contra la costumbre de algunos padres de compartir la cama con sus hijos de hasta un año

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Por asociarse con un mayor riesgo de muerte súbita en los bebés, el colecho ha sido a lo largo de las últimas décadas una práctica que los pediatras tienden a desaconsejar. Hace unos años, sin embargo, un estudio mostró que ese riesgo estaba más relacionado con ciertos factores puntuales que con la práctica en sí. Desde entonces, algunas entidades médicas, entre ellas la Sociedad Argentina de Pediatría, si bien no lo recomiendan, consideran que los bebés pueden dormir con sus padres en la misma cama siempre que se adopten algunas precauciones. Pero la Academia Americana de Pediatría estableció que no es aconsejable bajo ninguna condición.

Al actualizar las pautas para un sueño seguro para los bebés, el comité de Síndrome de Muerte Súbita de la entidad norteamericana concluyó que, dado que el colecho aumenta significativamente el riesgo de lesiones o muerte del bebé, “no es aconsejable bajo ninguna circunstancia”.

La advertencia de los pediatras estadounidenses contra el colecho busca atenuar la ola de muertes súbitas de lactantes que se registra en su país: cada año mueren allí unos 3.500 bebés, la mayor parte de ellos en comunidades socialmente desfavorecidas, donde el colecho es una práctica más común.

“Sabemos que muchos padres eligen compartir la cama con un niño, por ejemplo, tal vez para ayudar con la lactancia materna o debido a una preferencia cultural o la creencia de que es seguro. Pero la evidencia es clara: aumenta significativamente el riesgo de lesiones o muerte del bebé. Por esa razón no se puede aconsejar el colecho baja ninguna condición”, resaltó la doctora Rebecca Carlin, coautora de las nuevas pautas establecidas por la entidad.

Advertir sin prohibir

Con una postura menos extrema, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), considera que si bien “el lugar más seguro para que duerma el bebé es en la habitación de los padres, en una cuna ubicada junto a su cama”, el colecho “constituye una práctica ancestral que tiene una fuerte asociación positiva con la lactancia”, la que a su vez “tiene una función protectora con respecto a la muerte súbita del lactante”.

La SAP no es ciertamente la única entidad de su tipo con ese criterio. Su homóloga británica adoptó la misma postura luego de que en 2014 un estudio realizado en el Reino Unido concluyera que no existe asociación directa entre la muerte súbita y el colecho en ausencia de ciertos factores de riesgos; entre ellos, el consumo materno de alcohol, drogas y cigarrillo, y la prematuridad o el bajo peso de los bebés.

“El riesgo no es inherente al colecho en sí” -señala la última recomendación elaborada sobre el tema por el Grupo de Trabajo en Muerte Súbita de la Sociedad Argentina de Pediatría- : “lo que adiciona factores de riesgo son las prácticas de sueño inseguro: exceso de abrigo, dormir boca abajo o de costado, presencia de almohadas, almohadones, acolchados, mantas, un colchón blando, dejar al niño en una cama sin supervisión de adultos, alimentarlo sólo con fórmula, usar nidos de contención o el huevito para el auto en la cama de los padres”.

“Es contundente la evidencia científica que muestra que el colecho aumenta significativamente el riesgo de muerte súbita en aquellos casos en que los padres fuman o la madre fumó durante el embarazo, ingieren alcohol, drogas psicoactivas recreativas o sedantes, en especial si el niño es prematuro o sufrió una restricción del crecimiento intrauterino. Sin embargo, hay otros niños que pueden ser vulnerables –por alteraciones genéticas en los neurotransmisores–, a los que no podemos identificar en la actualidad”, aclara la recomendación.

En este complejo escenario, “no podemos ‘prohibir’ el colecho, pero tampoco podemos dejar de advertir a las familias los potenciales riesgos. Cada familia debe elegir con libertad y conocimiento, por lo cual es imprescindible dar información completa a los padres, tanto de los beneficios de la práctica como de las condiciones que aumentan el peligro”, explican en la SAP.

CRITERIOS GENERALES

Aunque contraria al colecho en forma terminante, la Academia Americana de Pediatra coincide con su par argentina en considerar que durante los primeros seis meses de vida los niños deben en la misma habitación con sus padres. En ese sentido señala como ideal que lo hagan en una superficie “separada, firme y plana” (como cunas de colecho y moisés) y desaconseja usar utilizar habitualmente carros de paseo, butacas para el auto y otros elementos que no hayan sido diseñados para dormir al bebé.

Al revisar las pautas de seguridad para el sueño de los lactantes, la entidad que nuclea a los pediatras norteamericanos también resaltó otro riesgo adicional. “Descansar con un bebé en un sofá, sillón o cojín y quedarse dormido aumenta el riesgo de muerte infantil en un 67 por ciento”. Y si el bebé es prematuro, nació con bajo peso o tiene menos de cuatro meses, el riesgo de muerte mientras duerme en una cama, sofá u otro lugar que no sea el recomendado para su edad aumenta de cinco a diez veces, señalan desde la AAP.

La nueva recomendación de la entidad incluye también otras pautas largamente establecidas ya como “acostar al bebé boca arriba, en un colchón plano y firme cubierto con una sábana ajustada” y “evitar todos los extras en la cuna, incluidos juguetes blandos, mantas, almohadas, ropa de cama blanda”, dado que los niños pueden quedar atrapados en ellos con dificultad para respirar.

“No podemos prohibir el colecho, pero tampoco dejar de advertir sobre su riesgo potencial”

En su último documento sobre el tema, los pediatras norteamericanos hicieron especial hincapié en el riesgo particular que implica el uso de productos comercializados para el sueño infantil que tienen más de un 10% de inclinación, una categoría que incluye camas inclinadas y posicionadores, pero también los llamados “nidos para bebés”.

Muchos de estos productos en el mercado tienen una inclinación de hasta un 30%, lo que puede ser peligroso porque la cabeza de los bebés se cae hacia adelante durante el sueño y pueden llegar a asfixiarse, alertaron desde la APP. Esto es porque esa posición de la barbilla al pecho puede restringir sus vías respiratorias cuando aun no controlan su cabecita. En cualquier caso, mejor no tomar riesgos con algo tan precioso como la vida de un bebé; literalmente, no existe margen de error.

 

 

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