Tenía todo listo para irse de viaje pero aparecieron los “conejos tumberos”

Una verdadera escena de terror vivió ayer por la madrugada una vecina de 142, entre 76 y 77 y su familia luego de que al menos dos delincuentes armados y con el rostro cubierto con caretas la tomara por sorpresa cuando se encontraba descansando junto a su familia.

Mientras la apuntaban con armas que en la jerga delincuencial de las denomina “tumberas”, los hampones tomaron el control de la morada en pocos segundos.

Tal fue el nivel de terror que sembraron en aquel domicilio que prácticamente sepultaron la voluntad de la damnificada y cualquier posibilidad de que se pudieran defender o escapar para pedir ayuda.

Y no es para menos. En medio de la noche, todos sus sistemas y conexiones corporales que se encontraban en un estado de latencia por el sueño, debieron activarse de forma inmediata ante la amenaza que se estaba presentando.

Un fuerte estruendo rompió con la calma nocturna y el descanso de todas las personas que se encontraban en esta casa de Los Hornos.

De un momento a otro, los damnificados se vieron envueltos en una situación por demás bizarra y violenta. Dos sujetos vestidos con ropa deportiva y portando caretas que evocaban la figura de un conejo los estaban apuntando al rostro con una especie de “caños de gas”.

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De forma inmediata pidieron hablar con la dueña de casa, una mujer de nacionalidad paraguaya, de 53 años que desde hacía un largo tiempo venía preparando un viaje a sus pagos.

De hecho, su partida rumbo a Paraguay era ayer a las 10 de la mañana. La víctima se fue a dormir con la convicción de que nada se interpondría entre ella y su periplo.

En ese marco, antes de irse a descansar ultimó todos los detalles necesarios para no tener contratiempos al despertar.

Luego de reunir su documentación, le dedicó casi dos horas a preparar sus maletas. En una de ellas, la de color rojo, la mujer tenía guardados unos dos millones de pesos, un monto que había logrado reunir luego de varios meses de trabajo.

Todo estaba listo para disfrutar de unas merecidas vacaciones en su pueblo natal. Pero, a eso de las 3.30, “los conejos del terror” tuvieron su intempestiva aparición.

Para los investigadores casi no hay dudas de que se trató de un golpe planificado. Este postulado tiene sus bases en la precisión que tuvieron los ladrones al exponer sus intenciones.

“Venimos a buscar la valija roja. Sabemos que vas a viajar y que tenés mucha plata encima”, señalaron los malvivientes. Fue así que a la mujer no le quedó otra opción que deshacerse de sus posesiones para evitar un mal peor.