La canasta de carnes subió más del 45% y proyectan fuerte retracción del consumo

El aumento de los precios en los mostradores y la pérdida de poder adquisitivo debido a salarios erosionados son los factores determinantes

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Un relevamiento de DEUCO (Defensa de Usuarios y Consumidores) señaló que la canasta de carnes subió más $10.000 para las Fiestas de Fin de Año y superó los $33.000 en diciembre pasado.

Un informe sectorial marca dos principales tendencias para este 2024: la oferta busca recuperarse después de un año afectado por la sequía con menor productividad de carne, y por otro lado, el aumento de los precios en los mostradores y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores determinarían una fuerte retracción en las ventas.

La canasta de carnes, que incluye el INDEC en sus mediciones mensuales, se compone de cinco cortes de carne vacuna, pollo y filet de merluza.

Si se tiene en cuenta la variación intermensual, el aumento respecto al mes de noviembre 2023 fue del 45,7%, cuando la canasta se había encarecido a $22.657,33.

En tanto, tomando en cuenta el costo registrado en diciembre 2022 -que fue de $ 7.612,66-, y el de diciembre 2023, en el que la Canasta de Carnes tuvo un valor de $33.015, el incremento interanual fue del 333, 71%.

El presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, advirtió que el kilo de carne podría llegar a los $20.000 tras la apertura para la exportación de todos los cortes populares.

Tal como lo anunció el Gobierno la semana pasada, desde esta semana la industria frigorífica puede exportar los denominados “cortes preferidos frescos, enfriados o congelados” que estaban vedados para su despacho al exterior por el Decreto 911/2021, que prohibía los embarques de los cortes parrilleros.

En ese marco, el titular de la asociación fue negativo en torno al panorama en los precios de la carne para los próximos meses: “La suba ha sido muy importante. Las carnicerías están vacías. De hecho el fin de año fue un desastre porque no hubo ventas y el precio que tiene la carne no está de acuerdo con el poder adquisitivo de la gente que la consume”. En este marco, Williams señaló que el kilo de carne se ubicaría “arriba de $20.000”.

La cifra mencionada por Williams surge del precio que debería tener el kilo de carne bovina en el mercado interno si se lo pone en línea con el precio internacional.

CONSUMO

El mercado ganadero de Rosario (Rosgan) anticipó un panorama desafiante para el consumo de carne vacuna para este año y destacó dos tendencias marcadas en el sector. Por un lado, la oferta busca recuperarse después de un año afectado por la sequía, que provocó una notable disminución en las pariciones y destetes, así como una menor productividad de carne.

Por otro lado, el aumento de los precios en los mostradores y la pérdida de capacidad adquisitiva debido a salarios erosionados son los factores determinantes en la retracción proyectada. Estiman que el consumo por habitante caerá a 45 kilos anuales, reflejando la realidad de un mercado impactado por diversos desafíos durante el año 2023.

Al cerrar el balance del año, el Rosgan subrayó la importancia de comprender el contexto de escasez de oferta y los precios elevados como elementos clave que influirán en el comportamiento del consumo de carne vacuna en el próximo ciclo.

Además, con la recomposición climática y el cambio de expectativas, los productores argentinos buscan incrementar la retención del rodeo, aunque el escenario de costos crecientes y reservas financieras limitadas plantea desafíos significativos. La incertidumbre prevalece sobre el grado de retención que los productores podrán lograr en este contexto, marcado por una fuerte descapitalización.

En el ámbito del feedlot, se estima un retorno a las invernadas de base pastoril debido al aumento de la oferta forrajera y la competitividad del maíz para la exportación. Este cambio podría resultar más accesible en términos de precios en comparación con los corrales de engorde.

En consecuencia, se anticipa una menor disponibilidad de terneros para engorde en 2024, y se espera que la zafra sea más lenta a medida que los criadores retengan a los terneros durante períodos prolongados.

Asimismo, los números proyectados por el Rosgan para 2024 reflejan un escenario de freno para la productividad en la industria ganadera argentina. Se espera cerrar el año con una faena de 14,5 millones de cabezas y una producción de carne que alcanzará aproximadamente 3,3 millones de toneladas.

Un dato relevante es la resignación de kilos de carne debido a la disminución del peso de la media res, influenciada por la salida anticipada de hacienda debido al mal estado de los campos.

No obstante, en el próximo ciclo ganadero, el Rosgan anticipa un escenario desafiante con una faena proyectada de 13,2 millones de cabezas y una producción de carne estimada en 3 millones de toneladas.

La perspectiva refleja la menor cantidad de terneros destinados a feedlots y la tendencia hacia una mayor retención de ganado por parte de los productores. Este escenario proyectado se asemeja a las cifras observadas en 2021, un año marcado por una significativa restricción de la oferta en la industria ganadera argentina.

En tanto, desde mayo de 2021, el Gobierno argentino restringió las exportaciones de carne como medida para contrarrestar la tendencia alcista de los precios a nivel internacional. A pesar de los aumentos en los precios, los consumidores locales aceptaron convalidar estas alzas para preservar su nivel de consumo. Esta estrategia, adoptada para mitigar el impacto de los precios internacionales en el mercado local, generó un panorama complejo para la demanda de carne vacuna en Argentina, que en el inicio de este 2024 el nuevo gobierno dejó sin efecto.

Las decisiones gubernamentales y las condiciones climáticas adversas en 2023 llevaron a ajustes significativos en las estrategias del sector productivo. La marcada caída en las pariciones y destetes, junto con una menor productividad de carne y una mayor extracción de hacienda, contribuyeron a un año desafiante. Los cambios en la oferta y la demanda plantean incertidumbres sobre cómo evolucionará la industria ganadera en los próximos meses.

Desde esta semana la industria puede exportar los denominados “cortes populares”

 

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