Delincuentes endemoniados: atacaron a una familia en Etcheverry
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2024 | 03:50

Dentro de una impiadosa ola delictiva, que se expresa en todos los rincones de la Ciudad, incluso en los más recónditos por su lejanía de los centros poblacionales, ahora fue una familia de Ángel Etcheverry la que vivió un verdadero calvario a causa de la inseguridad.
Fue en medio del campo, a la altura de las calles 62 y 300, que cuatro delincuentes endemoniados “llamaron” a la puerta de una finca.
Las víctimas, una pareja con sus dos hijos muy chiquitos, de 1 y 3 años, ya estaban acostadas cuando se dieron cuenta de una serie de ruidos extraños. Fue cerca de las 23 del lunes pasado. La pesadilla era una triste realidad.
En una habitación, los dueños del inmueble se encontraban junto a su hijo más pequeño. El de 3 años dormía solo en otro cuarto.
En esas circunstancias, como primera reacción, el matrimonio bloqueó el acceso a su dormitorio, pero los intrusos comenzaron a patearlo. Y por temor a que se dirigieran a la segunda pieza, se entregaron.
Si bien antes de ese instante perturbador, de quedar cara a cara con los ladrones, los damnificados pudieron comunicarse con un vecino para pedirle ayuda, por la localización de la construcción, al arribo de la Policía a la escena, de los autores del ataque no quedaba ningún rastro.
Al hombre enseguida lo maniataron por sus muñecas, al tiempo que comenzaron a exigirle la entrega de los dólares y de un arma.
Casualmente ese día había adquirido una suma en billetes norteamericanos, manteniéndolos a resguardo en su domicilio y sin contárselo a nadie, por obvias razones.
Por eso llamó la atención el expreso pedido de “los verdes”, como si supieran que estaban allí.
Las amenazas nunca cesaron y uno de los delincuentes también le propinó golpes con un objeto contundente sobre su cabeza y espalda, por lo que terminó dolorido.
Poco después, una vez que lograron reunir el botín, compuesto por unos 100.000 pesos, 2.500 dólares, dos alianzas, un anillo de oro, dos relojes, un par de zapatillas, una cartera, las llaves del auto familiar, un teléfono celular y variada documentación, los asaltantes se dieron a la fuga.
La pareja contó que en ningún momento se escuchó el ruido de un motor, lo que sería fácil de percibir en ese paraje tan retirado.
Por el tono de sus voces, se presume que los ladrones tendrían entre 20 y 30 años y su tonada no resultó llamativa.
Ahora quedará todo bajo la órbita de la UFIJ Nº 9 de Autores Ignorados de La Plata, desde donde se brindaron las primeras directivas al cuerpo de investigadores, que ya recorre la zona en busca de elementos de prueba.
Cámaras no habría, por lo que también será de suma importancia el relevamiento de potenciales testigos.
Se indicó al respecto que, como dato de interés, se busca información sobre movimientos de autos o personas en las inmediaciones.
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