Los frutales callejeros ya se hacen notar en los colores de La Plata
Edición Impresa | 26 de Octubre de 2024 | 02:42

En algunas zonas del Centro, como la de calle 47, los naranjos perfuman las veredas y en los ejemplares más desarrollados aún se ven algunos frutos en lo alto. Pero el paisaje urbano también regala moras, ciruelos en flor, nogales y algunos durazneros, entre otros.
Corina Graciano, ingeniera forestal e investigadora del Conicet en el Instituto de Fisiología Vegetal, señaló que muchos frutales producen frutos en primavera-verano, como las moras y más adelante los ciruelos.
“Están los naranjos amargos que ya produjeron porque son más de invierno-primavera”, remarcó la especialista y agregó que los frutales tienen fechas de floración fijadas genéticamente por la evolución.
Indicó que algunos, como los durazneros, necesitan acumular horas de frío en invierno para florecer.
“Otra manera en que el clima los afecta son las heladas tardías, porque si se registran cuando están en flor o los frutos recién cuajados, puede producirse su caída. Siempre que la primavera sea húmeda va a favorecer la formación de frutos”, explicó la ingeniera.
Es que algunos vecinos se preguntan por qué muchos ciruelos no dan frutos y es porque es necesario que el árbol destine muchas reservas a su crecimiento.
“La formación de frutos carnosos es costosa energéticamente para las plantas. Así que, cuanto más adecuadas sean las condiciones climáticas más frutos producirá”, aseguró la especialista.
El calor extremo en primavera, como el de hace unos días, puede dañar los frutos, sobre todo los que son de zonas más frías como los durazneros o manzanos. Esas especies no producen bien en La Plata porque no está el clima ideal.
En las veredas también se ven ciruelos ornamentales, que no producen frutos carnosos.
Otros frutales que hay en algunos parques son los nogales, por ejemplo, los que están en Parque Saavedra. Pero en general en las veredas y espacios públicos se evitan los árboles con frutos carnosos porque ensucian. En el caso de las moras, crecen en terrenos baldíos o lugares abandonados porque los frutos son dispersados por las aves.
En relación a los árboles de mora que se encuentran en la avenida 60, cerca de las facultades de Veterinaria y de Agronomía, algunos especialistas sugieren que, aunque pueden consumirse, no resulta higiénico levantarlas del suelo.
Según el último censo de especies que realizó la Dirección de Espacios Verdes en el año 2010, en la Ciudad hay alrededor de 460 naranjos amargos, distribuidos fundamentalmente en las calles 6, 11, 23, 26, 47 y 64. Pero también se encuentran dentro del perímetro del casco urbano - de 122 a 31 y de 32 a 72-, unos 400 ciruelos - hay en calle, 5, 6, 30, 35 y plaza Olazábal - y 100 plantas de moras - se las ve en las calles 22, 29 y 31-.
También se relevaron paltas, olivos, nísperos, durazneros, bananeros, avellanos, damascos, manzanos, nogal, cerezo, limonero, higuera, almendro, pelón y hasta mandarinas. En conjunto, suman alrededor de 160 árboles frutales distribuidos por distintas calles de la Ciudad en las que por lo general pasan desapercibidos.
En relación a los árboles frutales se puntualizó que los naranjos no fueron plantados con la finalidad del consumo, sino por lo que la planta representa a nivel paisaje.
Horacio de Beláustegui, presidente de la Fundación Biosfera consideró que a los árboles frutales que están en la vía pública les falta mantenimiento.
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