Inquieta el auge de las peleas entre adolescentes en colegios de la Ciudad
Edición Impresa | 14 de Noviembre de 2024 | 04:34
“Estamos a un paso de algo grave” fue la dramática advertencia formulada en las últimas horas por el padre de una alumna, a raíz de las brutales peleas en el Normal 2 de La Plata entre compañeras del segundo año. “Me sorprende la pasividad de las autoridades” añadió, para agregar luego que pedirá el cambio de colegio por los reiterados episodios de violencia entre las adolescentes.
El video divulgado sobre esa riña hizo recordar que la semana pasada se registró otro enfrentamiento similar entre alumnas del mismo establecimiento educativo.
Tales desbordes, seguramente, transmiten la vigencia de problemas profundos que debieran ser analizados y erradicados por las autoridades.
Y si bien las peleas fueron ahora en ese colegio, se sabe que podrían ocurrir en cualquier otro, como de hecho ha sucedido en los últimos tiempos, ya sea con incidentes en los patios de las escuelas o entre grupos de distintas escuelas que se encuentran en la calle para dar rienda suelta a una violencia inaudita que se apodera tanto de alumnos varones como de mujeres.
Las imágenes recientes publicadas por este diario muestran cómo dos chicas, de forma muy violenta, se cruzaron a golpes dentro del edificio por causas que se desconocen, mientras el resto de los estudiantes observaba y algunos otros filmaban. Tironeos de pelo, trompadas, revolcones por el suelo, patadas entre las rivales. Alguien que procuró separarlas, pero la mayoría se mostró pasiva, filmando con sus celulares la pelea.
El problema es tan complejo que en las últimas jornadas hubo una reunión de padres en la mencionada escuela y casi se toman a trompadas entre ellos. Está claro que la violencia no sólo está en el colegio sino, también, en la sociedad.
Un padre advirtió que en muchos colegios y fuera de ellos “hay peleas que son en grupos, es decir, entre varios chicos o chicas toman de punto a alguien, van y le pegan. Luego, los amigos de la víctima buscan venganza. Y esto no para, es una bola de nieve, y la siguen en las redes sociales, donde se dicen de todo”.
Si bien son las escuelas el ámbito más habitual donde se desarrolla esta insólita hostilidad, también se presenta en otros escenarios como, por ejemplo, el de los locales de diversión nocturna.
Las autoridades educativas han hecho saber que en el ámbito escolar se apela a crear instancias de diálogo que faciliten la participación y la convivencia en las aulas, destinadas a promover el diálogo entre padres, alumnos y docentes, como los acuerdos institucionales de convivencia, o a generar protocolos de intervención, como la guía de resolución para situaciones de conflicto.
Está muy claro que son múltiples y muy conocidos los factores que inciden de manera decisiva en una inconducta juvenil, desde la falta de modelos valiosos, la marginalidad, la carencia de sólidos principios educativos y de ejemplos familiares. En no pocos casos, estos condicionamientos derivan luego en episodios que pueden llegar a ser trágicos y que generan tanta preocupación y alarma en la sociedad.
Pero frente a esas evidencias, no cabe la resignación. Aún a pesar de las inconcebibles fallas que se advierten en la comprensión de un fenómeno tan complejo como es el de la violencia juvenil en un ámbito educativo, son las autoridades las que deben promover -con el concurso de todas aquellas disciplinas que se considere necesarias y con la participación de educadores y de los padres- reacciones acordes a la gravedad del problema planteado.
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