Cuando las palabras sobran, todo se arregla a tiros: más casos en La Plata

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En el marco de un clima de violencia creciente, en distintos puntos de la Región muchos conflictos se arreglan a los tiros. Con “la ley del más fuerte”. Parece que las palabras no alcanzan o sobran. También la razón y la cordura.

Por ejemplo, en Arturo Seguí, poco después de la medianoche del domingo, una comitiva policial fue convocada a la calle 150 entre 410 y 411, donde se alertó por varias detonaciones de arma de fuego.

Presente en el lugar de los hechos, los oficiales recibieron la declaración de una mujer de 55 años, que denunció que le habían baleado la casa y que uno de los proyectiles quedó incrustado en un horno eléctrico.

Por suerte ni ella, ni el hijo de 21 años, que aún estaba levantado, resultaron heridos.

Al parecer, el plomo provocó un daño en la ventana frontal y siguió su derrotero, hasta impactar en el electrodoméstico.

La zona, se indicó, es bastante conflictiva, por lo que se intenta determinar qué hubo detrás del ataque.

Los agresores, de acuerdo a los datos que se pudieron recabar en el barrio, pasaron un vehículo de color gris oscuro y enseguida se dieron a la fuga.

Por su parte, en una finca de 49 bis entre 153 y 154, hubo otro caso de salvajismo explícito. Es que allí, de acuerdo a voceros oficiales, un grupo de cuatro patoteros llegó para reclamar por el robo de un portón. Y no ahorró amenazas y golpes, en primer término, para después pasar directamente al lenguaje de los tiros.

Ocurrió el lunes anterior, cerca de las seis de la tarde. Los acusados se la agarraron de inicio con un joven, pero instantes más tarde cobró la madre.

Ya con la participación de una mujer, la banda mantuvo un breve asedio. Hasta que se replegó para escalar en el nivel de locura.

Es que al rato, a bordo de varias motos, aparecieron seis sujetos en la construcción y uno de ellos, desde la calle, gatilló dos veces un pistolón.

Se indicó que uno de los balazos pegó en el frente del domicilio y el otro siguió de largo, con destino final desconocido.

Obviamente los integrantes de la familia quedaron con mucho miedo y temen por su integridad física, por lo que solicitaron medidas preventivas a las autoridades.

El sector, cabe destacar, también está atravesado por un marcado volumen de conflictos vecinales.

 

Arturo Seguí
disparos

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