Habló el chofer: “Cuando Lanata salga nos putea a todos”
Edición Impresa | 18 de Diciembre de 2024 | 02:01

Jorge Lanata lleva medio año ingresado en centros de salud y, afuera, su círculo íntimo se pelea. Ahora, el que habló fue Facundo Casanova, chofer, asistente y encargado de vigilar las cámaras de seguridad de las propiedades del periodista y uno de los que quedó baja la guillotina de Elba Marcovecchio, que lo suspendió.
Casanova es, además, hijo de Alejandra Mendoza, histórica asesora de Lanata, y a quien la abogada hizo investigar por una millonada de pesos no declarados. Sin ingresos, y en plan de achique, la mujer de Jorge suspendió a varios empleados, entre ellos, Casanova, su madre y una empleada doméstica.
Aún sin cobrar, Casanova no se despega de Lanata. “Jorge en mi vida es mi jefe y, para mí es muy importante. Yo lo aprecio muchísimo y para mí es un amigo. Mi mamá trabaja hace 25 años con él, desde 1999. Y yo, desde ahí, lo conozco. Toda la vida tuvo a sus personas de confianza y no las mueve por nada. Es muy raro que Jorge mueva a alguien”, dijo ayer en diálogo con “Socios”.
En ese sentido, se refirió a su suspensión: “Cuando me movieron de mi fuente de trabajo fue horrible, horrible... No me lo esperaba porque, aparte, me conocen. Si Jorge estuviese consciente no le gustaría, estoy ciento por ciento seguro”.
Por eso, Casanova tomó la decisión de seguir prestando sus funciones: “Yo nunca dejé de trabajar. Las hijas de Jorge, de ninguna manera, quieren que me saquen a mí ni a los otros empleados de él que suspendieron. Me suspendieron a mí, a la empleada Francisca que está como hace 20 años y a mi madre. A mí me destrataron”.
Según trascendió, Marcovecchio se lo puso de ceja en ceja porque él le habría pasado los videos de la polémica: con la abogada llevándose cosas de la casa de Lanata. Sobre ese tema, aseguró: “Yo no le hice ninguna cama a nadie, sólo me estaba cuidando y cuidando a Jorge, nada más. Yo soy el que controla las cámaras tanto de Buenos Aires como las de Uruguay. Cuando vi las imágenes avisé porque también me compromete a mí como empleado. Cuando Jorge salga nos va a putear a todos”.
“Yo no le hice ninguna cama a nadie, sólo me estaba cuidando y cuidando a Jorge”
Él sigue firme al lado de jefe: “Vengo a acompañarlo en todo esto. Vengo a las 6 de la tarde, dependiendo de quien venga, nos vamos turnando... Jorge tiene momentos en los que está muy lúcido y tiene otros días malos. Ahora, por ejemplo, tiene algunas lastimaduras en la espalda, que es eso lo que le provocó algunas líneas de fiebre y por eso no pudieron trasladarlo a la Santa Catalina (la clínica de rehabilitación)”, dijo desde las instalaciones del nosocomio porteño.
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