No baja en el país el porcentaje de personas que se automedica
Edición Impresa | 26 de Diciembre de 2024 | 01:23

Muy pocos avances se registraron en el año que termina en lo que se refiere a disminuir en la población el consumo de medicamentos sin una previa prescripción médica, en una situación que no es exclusiva de nuestro país sino que se propaga en casi todo el mundo.
La llamada automedicación -que es la que se registra cuando las personas consiguen y consumen medicamentos sin una participación del médico, tanto en la prescripción como en la supervisión propia del tratamiento- se vio acentuada a partir de la aparición de las redes de internet, en las que muchas personas buscan en la web fórmulas para curarse, antes que acudir a una consulta médica. Asimismo, la pandemia de Covid-19 y la prolongada cuarentena también se tradujeron en un auge de la automedicación.
Datos ofrecidos por publicaciones médicas determinaron que en 2024 un cuarto de la población argentina, especialmente los jóvenes de 16 a 29 años de edad, se automedica, en una situación que se acentúa en el interior del país en donde llega al 27 por ciento.
El panorama se torna especialmente crítico cuando el autoconsumo es de antibióticos, cuyos elevados niveles originaron diversas advertencias, entre otras las formuladas por la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF), que aludieron en forma específica a situación que se presenta sobre todo con personas que atraviesan cuadros respiratorios estacionales, como gripes, resfríos o bronquitis.
Entre los riesgos que implica se menciona la efectividad de la medicación adquirida, por cuanto se utiliza en situaciones que pueden ser no indicadas. Asimismo, ese tipo de consumo sin intervención de profesionales puede originar dependencia o adicción y, a la vez, enmascarar procesos clínicos graves y, en consecuencia, retrasos en los diagnósticos y tratamientos.
Cabe señalar que desde 2022 rige en nuestro país rige la ley nacional 27.680, que incorporó la obligatoriedad del expendio de antibióticos sólo con receta médica y desde diferentes sectores vinculados a la Salud se intensificaron las campañas para su uso responsable.
Se sabe que, cotidianamente, a los hospitales y centros de atención, llegan pacientes automedicados, con secuela de problemas hepáticos, gástricos y cardíacos, que representan un alto costo para el Estado o las obras sociales, al mismo tiempo que causan un deterioro en la salud de las personas involucradas, y que podrían ser absolutamente prevenidos.
Por otra parte, ante la disposición del gobierno nacional que amplía la venta libre de medicamentos, el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires advirtió que la medida “constituye un importante riesgo para la salud de la población”.
Está claro que, sólo a partir de nociones fuertemente arraigadas, existe la posibilidad de que se reviertan tendencias que ya están incorporadas a la vida cotidiana y que también, en gran medida, son fomentadas por algunas propagandas que debieran ser controladas y equilibradas por algo más que el formulismo que recomienda consultar a su médico.
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