“La zona de interés”: sí, se puede ser feliz en medio del horror
Edición Impresa | 13 de Febrero de 2024 | 04:43

“La zona de interés”, última y elogiada película del cineasta Jonathan Glazer, llega el jueves a las salas locales. Con cinco nominaciones a los premios Oscar, incluida mejor película y dirección, la historia que el británico tardó diez años en realizar muestra un costado desconocido de Auschwitz, donde, del otro lado del muro, una familia vive feliz, en un jardín donde crecen flores y los niños juegan sin preocupaciones.
Según una entrevista con la AFP, a propósito del estreno en el Festival de Cannes, en donde fue destacada con el Gran Premio del Jurado, Glazer aseguró que el horror de Auschwitz “está presente en cada píxel de cada toma, en el sonido y en cómo interpretamos ese sonido... Afecta a todos menos a ellos”.
Ellos son los Hoss, la familia de Rudolf Hoss, el comandante más antiguo del campo de Auschwitz, y que vivían su vida feliz, en su hermoso jardín, al otro lado del campo de concentración desde el que se oían gritos y disparos.
En su cuarta película, el director judío de 58 años, quería explorar cómo era posible vivir con el horror a la vuelta de la esquina. “¿Sería posible dormir? ¿Podrías dormir? ¿Qué pasa si cierras las cortinas y te pones tapones para los oídos? ¿Podrías hacer eso? Todo tuvo que ser calibrado muy cuidadosamente para sentir que esta maquinaria monstruosa y siempre presente estaba siempre ahí”, manifestó.
La inquietante película es aún más incómoda de ver porque está filmada en un estilo realista, con iluminación natural y sin los lujos o la estética brillante típica de un drama de época.
“La zona de interés” llegó una década después del estreno de la última película de Glazer, la aclamada producción de ciencia ficción distópica “Under the Skin”, protagonizada por Scarlett Johansson.
Sus dos primeras películas fueron “Sexy Beast” (2000) y “Birth” (2004). Glazer es conocido por tomarse su tiempo entre cada toma.
“Pienso mucho en lo que voy a hacer, bueno o malo. Este tema en particular obviamente es un tema vasto, profundo y profundamente sensible por muchas razones y no podría abordarlo de manera casual”, explicó.
Glazer, que es judío, dijo que siempre había querido abordar esta temática en la pantalla grande. Así, “persiguiendo un sentimiento”, llegó a Polonia, deambulando por el lugar de uno de los mayores asesinatos en masa del siglo XX. Y luego vio la casa que luego protagonizaría su creación.
“Era la casa de la familia Hoss”, a unos 50 metros de uno de los crematorios. “Visité la casa y el jardín, que no es exactamente como era entonces. Pero todavía existe. Y estando allí, en ese espacio, lo que me llamó la atención fue su proximidad al campamento. La casa compartía pared con Auschwitz. Todo estaba sucediendo allí mismo, al otro lado de ese muro. Y el hecho de que un hombre viviera allí y criara a su familia allí… ¿Cómo haces eso? Qué negra debe ser un alma”, reflexionó.
Según reveló, una novela del mismo título de Martin Amis de 2014 fue un catalizador que lo llevó a este proyecto. Contó que le proporcionó “una llave que me abrió un espacio que tenía que ver con la enorme incomodidad de estar en la habitación con el perpetrador, y no con el perpetrador, como hemos visto típicamente en la recreación”.
Luego, Glazer pasó dos años leyendo otros libros y relatos sobre el tema antes de comenzar a diseñar la película con sus colaboradores.
“Estaba decidido a que no se tratara de entonces, sino de ahora. Porque esta película no es un documento. No es una lección de historia. Es una advertencia”
Jonathan Glazer,
Director
La banalidad de la vida cotidiana vivida tan cerca del campo de exterminio se convirtió en su principal objetivo, del mismo modo que poder retratar a la familia de Hoss no como monstruos, sino como algo terriblemente normal.
“Las cosas que motivan a estas personas son cosas familiares. Una casa bonita, un jardín bonito, niños sanos... aire limpio” eran cosas comunes a todos nosotros, aseguró.
“¿En qué nos parecemos a ellos? Qué aterrador sería reconocerlo. ¿Qué es lo que tenemos tanto miedo de comprender?”, advirtió el director.
Y remarcó que más allá de contar una historia sobre el pasado, lo que le interesó fue hablar sobre este presente.
“Es una película hecha a partir de un profundo sentimiento de ira. No estaba interesado en hacer una pieza de museo. No quería que la gente tuviera la distancia segura del pasado y se alejara sin preocuparse por lo que veía. Quería decir que no, no, no : deberíamos sentirnos profundamente inseguros ante este tipo de horror primordial que se esconde debajo de todo”, dijo en una entrevista con Rolling Stone.
Y agregó: “Estaba decidido a que no se tratara de entonces, sino de ahora. Porque esta película no es un documento. No es una lección de historia. Es una advertencia”.
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