Micros: frecuencias y SUBE, las mayores quejas

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A partir de los aumentos en los boletos del transporte público, la situación para quienes viajan en micro cambió mucho en la Ciudad y la Región. Las bajas frecuencias y problemas con las tarjetas SUBE están entre los principales problemas registrados.

Mientras se espera saber cuánto subirán las tarifas de viajes en marzo, desde principios de febrero el boleto más utilizado (el de la segunda sección) en ómnibus de corta distancia cuesta $321,01, con la tarjeta SUBE.

Aunque se encarezca el servicio, el contexto de baja frecuencia por el receso hasta el inicio de las clases se suma la problemática de algunas empresas que sacaron unidades de la calle. Un poco por la crisis económica que afronta el sector y otro poco en tono de protesta por la quita de fondos del Gobierno nacional, esta situación perjudica a los usuarios locales.

Fuertes reclamos

“Los micros no pasan. Estoy esperando desde hace media hora para ir al trabajo en 7 y 61 y no pasa ni uno”, escribió ayer un platense que vive cerca de Plaza Rocha.

Por su parte, un jubilado contó que pasó más de 20 minutos el micro en la zona de 1 y 53. “Iba para el Cementerio, pero tuvo que tomarme un coche particular. Gasté un dineral”, exclamó.

También una reciente retirada de la actividad laboral, oriunda de Tolosa, se dirigía al Centro para una cita entre amigas. “Esperé más de 15 minutos que llegue el Norte en 7 y 523, pero ‘ni noticias’. Tuve que pagar 5 mil pesos para que me lleven a Plaza Moreno, una locura”.

Una joven treintañera que iba a la cancha de Gimnasia también dio su testimonio. “Vengo desde Los Hornos. Estuvo una hora esperando el micro y no pasó. Pude engancharme con un colectivo de una filial que me ‘hizo la pata’ hasta acá”, confesó.

Un grupo de adolescentes que apenas pasaban los 18 años también tuvieron problemas al esperar el colectivo en Plaza San Martín. Tras dar unas vueltas por calle 8, los chicos esperaron más de media hora en uno de los refugios para tomarse el Este. “A medida que anochece, se hace más difícil esperar el micro”, contó un integrante.

Por último, una joven de 25 años contó que se animó a caminar de noche porque “ahora no pasa más el micro”.

 

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