El dolor, a un año del sismo en Turquía
Edición Impresa | 5 de Febrero de 2024 | 02:52

Burcin Gercek
La imagen de Mesut Hancer, con la mirada perdida y sujetando la mano de su hija muerta bajo los escombros, simboliza el dolor de las víctimas del sismo que devastó hace un año el sureste de Turquía.
Desde aquella sacudida del 6 de febrero de 2023, que dejó más de 53.500 fallecidos en Turquía y unos 6.000 en la vecina Siria, Hancer y su familia abandonaron su ciudad de Kahramanmaras e intentan rehacer su vida en Ankara.
La familia volverá a la zona del terremoto para conmemorar el primer aniversario y visitar la tumba de Irmak, que murió a los 15 años mientras dormía.
“Ha pasado un año. Pero el tiempo se detuvo para nosotros. Este dolor no se va. Nuestro ser más querido se fue”, dice Hancer, en su salón, cuyos muros están recubiertos de fotografías y dibujos de su hija.
“No hay un instante en el que no pensemos en ella”, cuenta llorando su madre, Gulseren Hancer.
La víspera del terremoto, Irmak visitó a su abuela para ver a sus primas, que venían de Estambul y la provincia de Hatay.
La chica insistió en quedarse a dormir, sin imaginar que los 22 edificios de ocho pisos del barrio de Ebrar en Kahramanmaras, donde vivía la abuela, iban prácticamente a derrumbarse todos esa noche en apenas unos segundos.
Mesut Hancer y su hijo Berkay, de 23 años, fueron rápidamente al lugar, pero ya sólo quedaban las ruinas que sepultaron a 1.400 personas.
Tuvieron que esperar a la madrugada para empezar a buscar a Irmak e intentar retirar los escombros con sus propias manos.
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