Bajo rendimiento escolar: sugieren descartar problemas visuales
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2024 | 04:48

Miopía, astigmatismo, hipermetropia… se calcula que uno de cada cuatro niños padece algún defecto en la vista que con frecuencia pasa inadvertido hasta el inicio de la escolaridad. El problema es ya para entonces el impacto que produce es mayor: dificultades para el aprendizaje de la lecto escritura, afectación de la autoestima y un bajo rendimiento en el aula que puede conducir a un atraso escolar. De ahí que al inicio de las clases, oftalmólogos y pediatras enfatizan la importancia de prestar atención a ciertas señales y consultar a un profesional.
Si bien gracias a las campañas regulares realizadas por la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI) en los últimos años ha mejorado la detección precoz de patologías, un porcentaje significativo de los 70 mil niños argentinos que se calcula que padecen deficiencias visuales sigue sin diagnosticar.
De ahí que “con la ayuda de pediatras, docentes y familiares, debemos continuar en esa senda para brindarle mayores oportunidades a los niños en su desempeño escolar e integración social”, explica la médica oftalmóloga Carolina José.
Con este propósito la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil recomienda controles de fondo de ojo con dilatación pupilar desde el nacimiento, al menos en el primer trimestre de vida; luego a los 6 meses de ese primer control, y posteriormente una vez por año durante la infancia, incluyendo también agudeza visual, motilidad ocular, visión de colores, biomicroscopía y estudio de refracción”.
“Cualquier aprendizaje, y mucho más el de la lectura, se logra más fácilmente si los dos ojos se emplean de forma eficiente y el cerebro procesa esas imágenes de forma adecuada. Cuando estas habilidades visuales fallan, el procesamiento y la interpretación de la información visual pueden ser la causa de un problema de aprendizaje”, advierte la doctora José.
SEÑALES DE QUE HAY UN PROBLEMA
Existen síntomas que, de ser detectados en el ámbito familiar o escolar, deben motivar el adelantamiento del control oftalmológico. Por ejemplo, la dificultad para enfocar la visión en las diferentes distancias, el guiño de uno o ambos ojos para leer, el cambio en la posición de la cabeza para enfocar, la desviación de los ojos y la visión doble suelen indicar una patología visual.
“Si bien en muchos casos podemos notar síntomas -como problemas para leer el pizarrón en clase o para ver la TV, déficit de atención y concentración, bajo rendimiento escolar, desvío de un ojo de forma permanente o intermitente, presencia de cefalea o baja coordinación ojos-mano manifiesta en la dificultad al atrapar una pelota u otra actividad de precisión- uno de cada cuatro niños con problemas visuales no presenta síntomas, signos ni molestias”, señala la médica.
Las patologías más detectadas en la consulta habitual son los vicios de refracción, como por ejemplo miopía, astigmatismo e hipermetropía, que provocan dificultades visuales y como consecuencia en la vida escolar y el aprendizaje, pero que es posible detectar a tiempo para tratarlas, mejorando el desarrollo visual.
EL IMPACTO DE LAS PANTALLAS
Durante los últimos años “se está detectando un aumento significativo en la miopía, el vicio de refracción que determina dificultad para ver de lejos, por el uso desmedido y continuo, sin descansos, de tecnología de fijación cercana, como los teléfonos móviles y tablets, en ambientes oscuros, sin luz natural. En consecuencia, todos los oftalmopediatras estamos en constante campaña de educación acerca del buen uso de tecnología, con padres y docentes, para prevenir esta patología, que trae serios problemas oftalmológico en el largo plazo”, cuenta Carolina José.
“Si bien en muchos casos podemos notar síntomas -como problemas para leer el pizarrón en clase, déficit de atención o bajo rendimiento escolar- uno de cada cuatro niños con problemas visuales no presenta signos”
Carolina José
Médica oftalmóloga
Otras patologías menos frecuentes, pero que siempre debemos descartar en nuestra valoración oftalmológica, es la catarata en la infancia, que provocan opacidad del eje visual, impidiendo que ese ojo aprenda a ver, lo que se conoce como ambliopía u ojo vago, y también, por su gravedad, la presencia de tumores intraoculares o perioculares”, agrega.
En cualquier caso, dice la médica, “para mantener una buena salud visual en los niños es muy importante realizar los controles establecidos para la detección temprana, ya que cada etapa de la infancia determina cambios importantes en las estructuras oculares y la vía visual y pueden aparecer patologías silenciosas que, diagnosticadas a tiempo, son tratadas, mejorando el desarrollo y el pronóstico visual”.
❑ Dificultad para enfocar la visión a diferentes distancias.
❑ Guiño de uno o ambos ojos para leer
❑ Cambios en la posición de la cabeza para enfocar
❑ Desviación de los ojos
❑ Visión doble
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