¡Alerta microplásticos!: ya están en el cerebro y el riñón

Los detectó un estudio que postula que estos materiales pueden pasar desde el tracto digestivo a distintos órganos del cuerpo. Su presencia empeoraría algunas afecciones

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Se estima que cada persona ingiere semanalmente un promedio de cinco gramos de partículas microplásticas, el equivalente al plástico que se encuentra en una tarjeta de crédito. Ahora, un nuevo estudio hecho en ratones sugiere que esos materiales podrían estar migrando desde el tracto digestivo a otros órganos, como los riñones, el hígado y hasta el cerebro de los seres humanos.

Así surge de un trabajo realizado por científicos de la Universidad de Nuevo México (EE.UU.), que fue publicado por la revista Environmental Health Perspectives.

Los investigadores hicieron un estudio en ratones de laboratorio que fueron expuestos a microplásticos en su agua potable y después de eso se les detectaron estos materiales en varios órganos.

Los científicos pudieron detectar microplásticos en ciertos tejidos después de la exposición y eso demuestra que esos materiales son capaces de cruzar la barrera intestinal e infiltrarse en otros tejidos.

A través de un comunicado de prensa, Eliseo Castillo, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la mencionada universidad indicó que “en las últimas décadas, se han encontrado microplásticos en el océano, en animales y plantas, en el agua de la canilla y en el agua embotellada. Parecen estar en todas partes”.

El estudio

Los autores del estudio explicaron que alimentaron a ratones de laboratorio con una cantidad de microplásticos equivalente a lo que los humanos ingieren semanalmente e hicieron un seguimiento de los animales para saber qué pasaba después de esa ingesta .

Un mes después de empezar a administrar los microplásticos a los ratones, los investigadores hallaron que esos contaminantes ingeridos por los animales habían salido del intestino y llegado a tejidos del hígado, el riñón y el cerebro.

Castillo cree que el impacto en los ratones podría ser muy inferior al que están viviendo los humanos con este tipo de partículas, ya que los animales de laboratorios sólo fueron expuestos a microplásticos durante cuatro semanas, mientras los humanos están expuestos a ellos desde el nacimiento hasta la vejez.

Impacto en la salud

El equipo que participó de la investigación postuló a su vez su preocupación porque estos microplásticos estén potenciando algunos problemas de salud en los seres humanos basándose en investigaciones anteriores que demostraron que las partículas podían causar inflamación y alterar el mecanismo celular.

Los expertos creen que enfermedades gastrointestinales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn podrían verse empeoradas por ese aumento de la inflamación.

Los especialistas indicaron que la investigación seguirá adelante con dos objetivos: saber cómo la dieta afecta la absorción de microplásticos y ver cómo estás partículas cambian a las bacterias naturales del intestino.

“La dieta de cada persona es diferente. Entonces, lo que vamos a hacer es darles a estos animales de laboratorio una dieta alta en colesterol y grasas o una dieta alta en fibra, y estarán expuestos o no expuestos a los microplásticos”, indicó el especialista al referirse al primero de los puntos.

“La investigación que estamos tratando de hacer tiene como objetivo averiguar cómo esto está afectando la salud intestinal”, agregó Castillo

“Si no tienes un intestino sano, afecta al cerebro, afecta al hígado y a muchos otros tejidos. Entonces, incluso imaginando que los microplásticos están haciendo algo en el intestino, esa exposición crónica podría conducir a efectos sistémicos”, indicó.

 

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