Dañaron la ermita de la Virgen de Fátima

Un ataque vandálico contra una imagen de la Virgen de Fátima ubicada en la Plaza Olazábal indignó a los vecinos que son los encargados de mantener esa ermita. “Hay cámaras públicas y queremos que se investiguen las imágenes para determinar quiénes fueron los responsables”, indicó una vecina.

La instalación religiosa está en ese espacio público desde octubre de 2019. El sacerdote Fernando García Enríquez, de la iglesia de 7 entre 39 y 40, fue el encargado de la primera misa y de la bendición.

Una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato fue la responsable de la donación de la imagen, una artista instaló una representación de los pastores y la Municipalidad se hizo cargo de la instalación.

El lugar es considerado por muchos vecinos y visitantes de la plaza como un sitio de espiritualidad y fe, por eso muchos se indignaron ayer a la mañana cuando descubrieron que uno de los laterales se encontraba roto por un piedrazo.

“Es increíble que esto pase cuando estamos a metros de la comisaría; la ermita es muy querida y cuidada por todos”, agregó con malestar un hombre.

Es que desde que se instaló la imagen de la Virgen de Fátima, algunos se encargaron de mantener los rosales que se plantaron alrededor y repusieron los árboles que por distintas razones no prosperaron.

“Los vecinos somos los jardineros, la sentimos parte de nuestro barrio y la cuidamos”, se escuchó.

La Ermita de Fátima está bajo la órbita de la capilla de San Roque que, como se recordará, también tuvo que tomar medidas contra los robos y fuera de los horarios de atención parroquial se mantiene con una reja cerrada y unos bancos en el exterior del templo para que los feligreses puedan rezar.

Los vecinos destacaron que en otras oportunidades hubo ataques que se atribuían a las condiciones de impunidad por la falta de luz en el espacio.

“Antes no había luz, ahora hay, pero igual cada tanto se produce alguna maldad en la plaza, eso que está casi a una cuadra de la Comisaría Segunda”, apuntó una mujer.

Según se supo, pese a que el vidrio de la ermita era resistente el ataque ocasionó una rotura de consideración.

“Todos los días 13 nos reunimos a rezar el rosario y nos entristece que ocurran estos ataques que son pura maldad”, dijo una vecina.

El último atentado de consideración ocurrió hace 4 años, pero entre los vecinos y las autoridades municipales lograron reparar el daño.

“Hay cámaras públicas. Pedimos que se investigue para determinar quiénes fueron”