“La gran exclusiva”: otro escándalo de la realeza a la pantalla de Netflix

Se estrena la película sobre la entrevista que el príncipe Andrés dio para limpiar su nombre, y que marcó su retiro de la actividad

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La realeza británica y los medios de comunicación pueden ser una mezcla explosiva: las últimas semanas lo demostraron con creces, desatando todo tipo de teorías mientras el mundo se preguntaba dónde estaba y qué le pasaba a Kate Middleton.

Un escándalo más, claro, como una mancha más al tigre: la princesa de Gales explicó que se encuentra recibiendo tratamiento de cáncer, aunque los tabloides y las redes hablan de una desaparición en medio de romances y dobles vidas, y señalan como prueba la foto manipulada digitalmente que lanzó la realeza cuando las versiones empezaban a correr. Apenas un recordatorio de que cuando la privacidad del palacio choca con la curiosidad y el interés público, las cosas pueden complicarse.

En ese sentido, “La gran exclusiva”, estreno de Netflix este viernes, llega en un momento apto: la película, protagonizada por Rufus Sewell y Gillian Anderson como la periodista Emily Maitlis, retrata la desastrosa entrevista que dio el príncipe Andrés en 2019 en respuesta a acusaciones de una conducta sexual inapropiada al programa “Newsnight” de la BBC.

El largometraje es un regreso a los temas reales para Anderson, estrella de “The X-Files” y “Sex Education”, quien interpretó un papel principal en la cuarta temporada de “The Crown”, aunque como la primera ministra Margaret Thatcher, no como miembro de la Casa de Windsor. Anderson dice que la “compleja” relación entre la realeza y los medios de comunicación necesita una reevaluación.

“Ya sea que se trate de (el príncipe) Enrique y sus casos legales contra los tabloides y todas las verdades en torno a eso que han salido a la luz, u otros aspectos que se están volviendo más de conocimiento público, probablemente necesite un replanteamiento adecuado”, dijo en una reciente entrevista Anderson, para quien la película “destaca la importancia del periodismo independiente para hacer que la autoridad rinda cuentas y al menos intentar obtener alguna apariencia de la verdad”.

“La gran exclusiva”, la película que protagoniza Anderson, se basa en un libro de Sam McAlister, el tenaz productor que consiguió la entrevista. Interpretada por Billie Piper, promete al palacio: “Una hora de televisión puede cambiarlo todo”. Esa hora fue la que atravesó el príncipe Andrés, que accedió a ser entrevistado para abordar los informes sobre su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, quien fue hallado muerto en una prisión de Nueva York en agosto de 2019 cuando esperaba su juicio por cargos de tráfico sexual, y en medio de las acusaciones de una mujer quien afirmaba que había tenido relaciones sexuales con Andrés cuando tenía 17 años y había sido traficada por Epstein.

Bajo los amables, pero decididos, cuestionamientos de Maitlis, el príncipe negó todas las acusaciones, no mostró empatía por las jóvenes explotadas y dijo que Epstein se había “comportado de una manera impropia”, lo que sorprendió a muchos espectadores como un eufemismo.

Afirmó que no pudo haber estado en un club nocturno con su acusadora en una supuesta cita porque estaba en un restaurante Pizza Express de los suburbios con su hija, la princesa Beatriz. Tampoco podía haber sudado en la pista de baile porque una “sobredosis de adrenalina” durante su tiempo como piloto de helicóptero en la Guerra de las Malvinas de 1982 lo había dejado incapaz de transpirar.

McAlister recordó la “extraordinaria” experiencia de estar en la sala, ya que la entrevista fue grabada dentro del Palacio de Buckingham. “Como periodista y exabogada, sabía profundamente que estaba haciendo algo que cambiaría el curso de su vida y el curso de la vida de todos los miembros de la familia real”, dijo en la premiere de la película en Londres.

Andrés inicialmente pensó que la entrevista había sido un gran éxito, e incluso le dio a Maitlis un recorrido por el Palacio de Buckingham después de que se grabara. Pero “se retiró” de sus deberes públicos días después de que se transmitiera, y no los ha retomado. En 2022 llegó a un acuerdo extrajudicial con su acusadora, Virginia Giuffre, pagándole una suma no especificada sin admitir su culpabilidad.

Rufus Sewell, el actor que pasaba hasta cuatro horas al día transformándose en el príncipe con maquillaje y prótesis, dijo que trató de encontrar “todas las contradicciones” en Andrés. Vio a un hombre cuya imagen de sí mismo se forjó a través de toda una vida de deferencia por parte de quienes lo rodeaban, y que jugó a la altura de su imagen sensacionalista como un “pícaro travieso”: “Randy Andy” (Andy cachondo) en su juventud de soltero y “Air Miles Andy” (Andy millas de vuelo) por sus viajes aéreos frecuentes, a veces calificados de excesivos, en su papel de emisario comercial británico.

La recreación de la explosiva entrevista en el programa es notablemente tensa, incluso para los espectadores que han visto la entrevista real. “Nos preparamos completamente por separado y no hubo ensayo”, dijo Anderson. “Así que cuando nos reunimos para filmar la entrevista, fue en nuestro primer día de trabajo juntos y comenzamos el día sentados, uno frente al otro, en esas sillas y las cámaras rodaron. Y entonces había tensión en sí misma”.

“La gran exclusiva” es el primero de dos dramas televisivos basados en la entrevista. La miniserie rival de Amazon “A Very Royal Scandal” se estrenará a finales de año, con Michael Sheen como Andrés y Ruth Wilson como Maitlis. Es, evidentemente, un tema que interesa a la sociedad, pero que, dice Anderson, quizás debería prevenir a la realeza: “Si esto nos dice algo”, lanza la actriz, “es que la familia real nunca debería hacer una entrevista”.

 

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