Mosaiquismo: una práctica milenaria que crece cada vez más en la Región

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En un mundo donde el estrés y la ansiedad son moneda corriente, cada vez más personas buscan refugio en actividades que les permitan liberar tensiones y encontrar un espacio de calma en medio del caos diario. En este contexto, el arte en mosaico, conocido como “mosaiquismo”, emerge como una opción terapéutica que no solo embellece espacios, sino que también nutre el alma y estimula la mente.

Desde sus orígenes en tiempos antiguos, el mosaiquismo ha experimentado un resurgimiento notable en los últimos años. Talleres especializados, nuevos diseños y una creciente comunidad de seguidores evidencian su popularidad creciente. Este arte milenario, que data del siglo VIII a.C., ha encontrado un nuevo público ávido de explorar su potencial terapéutico y creativo.

La práctica del mosaiquismo no solo implica la creación de obras estéticamente atractivas, sino que también conlleva una serie de beneficios para la salud mental y emocional. Estimula la creatividad, mejora la comunicación visual, y fortalece la autoestima al permitir a los participantes ver sus ideas materializadas en cada tesela colocada.

Históricamente, el mosaico ha sido utilizado para decorar pisos, bóvedas y paredes, combinando materiales como vidrio coloreado, conchas y piedra pómez. En la actualidad, las obras en mosaico se componen de una amplia gama de materiales, desde porcelanas y vidrios hasta azulejos y metales, ofreciendo un lienzo diverso para la expresión artística.

El proceso de creación de un mosaico requiere paciencia y disciplina, lo que lo convierte en una actividad ideal para aquellos que buscan calmar la ansiedad y enfocarse en el presente. Cada pieza, meticulosamente colocada sobre el soporte elegido, es un paso más hacia la finalización de la obra y un recordatorio de la importancia de respetar los propios tiempos y ritmos.

Además de sus beneficios terapéuticos, el mosaiquismo también promueve el desarrollo de habilidades cognitivas, como la resolución de problemas y la concentración. Al centrar la atención en la tarea presente, se fortalece la capacidad de concentración y memoria, lo que trasciende el ámbito artístico para impactar positivamente en la vida cotidiana.

En la Región, existen muchas alternativas para hacer esta actividad como el taller de Lorena Faiad o el de Marina Gatto, también el Taller de Mosaico Artístico La Plata y otros tantos sitios que también se destacan con la venta de insuimos para hacer mosaiquismo.

Por su parte, a principio del 2023, la artista en Mosaico – Objetos y Obras, Karina Fucile, decidió abrir los talleres que no paran de crecer. Un espacio en Villa Crespo (en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), lleno de luz y compañerismo.

Un sector de su casa transformado en “taller” en donde la magia de los colores y los materiales, te hacen entrar en un lugar mágico. Música tenue a lo lejos y aroma a un rico té, invita a sumergirte en la exploración de las técnicas. Las posibilidades creativas que ofrece, son tantas como tantas las ideas que pueden surgir en nuestra mente.

 

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