Desastres climáticos que exigen reforzar la estructura de defensa civil en la zona

Edición Impresa

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertó en las últimas jornadas sobre los desastres climáticos que fueron récord en 2023 en América latina y la zona del Caribe, a través de un informe en el que expresó su solidaridad por la actual “catástrofe” que atraviesa el sudeste de Brasil.

En su último parte sobre el estado del clima en la región, esta agencia de la ONU resaltó que el año pasado fue el más cálido del que se tiene registro.

Además, dijo que se ha acelerado la subida del nivel del mar y el retroceso de los glaciares, y que se produjo “un gran cambio” en la distribución de las precipitaciones que causó sequías e incendios forestales y también inundaciones y deslaves.

“En todos los tipos de variables climáticas y ambientales se han batido récords durante 2023”, dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, al presentar el reporte.

Según el organismo internacional son el fenómeno natural El Niño y el calentamiento global debido a la actividad humana los que provocaron un récord de desastres el año pasado: “América Latina y el Caribe se han visto gravemente afectadas por los efectos de El Niño que se suman, por supuesto, a los de cambio climático inducidos por la presencia humana”, agregó el comunicado.

La OMM describió a El Niño como un patrón climático natural asociado al calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, que suele producirse cada dos o siete años y durar entre nueve y doce meses, pero remarca que actualmente ocurre en el contexto de un clima alterado por las actividades humanas.

Cabe señalar que el Servicio Meteorológico Nacional no ha dejado de advertir en los últimos doce meses que la región que comprende gran parte de la Argentina, Uruguay y el sudeste del Brasil se ha convertido en la segunda en el mundo por la cantidad de tormentas anuales que se registra.

Sin embargo, si bien existieron estos reiterados alertas meteorológicos, muchas veces las previsiones en nuestro país resultaron desbordadas y miles de vecinos debieron enfrentar la violencia de los temporales e inundaciones con muy escasa ayuda por parte de organismos estatales, a los que se supone mejor equipados que el sector privado.

Las nuevas condiciones que presenta el clima, que se traducen en una mayor recurrencia de tormentas y vendavales, obligan a revisar las estructuras preventivas y de defensa civil.

Cabe reiterar que la sucesión de informes del Servicio Meteorológico Nacional, en el sentido de que las tormentas podrán seguir amenazando, debiera obligar a las autoridades a adoptar medidas conducentes a reducir los daños que podrían sobrevenir.

Es de esperar, entonces, que tal como se dijo varias veces en esta columna -respondiendo a las advertencias formuladas por meteorólogos- se conforme en la Región una más eficaz estructura de defensa civil.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE