Posse fue a Córdoba, pero sigue en la cuerda floja

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Unos 40 minutos antes del inicio del acto, comenzaron a llegar los integrantes del gabinete nacional. La primera en entrar al Cabildo fue Victoria Villarruel, la vicepresidenta. Después se sumaron Caputo; Guillermo Francos y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; Diana Mondino; Luis Petri; Patricia Bullrich y Sandra Pettovello. Todos saludaban a la distancia, levantando la mano. Fue el diputado nacional José Luis Espert, quien se acercó al vallado, habló con los periodistas y saludó a la gente.

Posse, cuya continuidad en el gabinete está “en análisis”, según reconoció el propio Presidente, estuvo en una segunda fila. No estuvo el secretario de Culto, Francisco Sánchez. Cuando la voz oficial del acto mencionó a las principales autoridades hubo silbidos para el gobernador cordobés Martín Llaryora. Con Milei, el vínculo fue afectuoso, intercambiaron sonrisas y gestos amistosos.

Al final del acto, Caputo -quien hizo un “corazoncito” con sus manos cuando el Presidente lo mencionó y la gente lo vivó al grito de “Toto”- fue uno de los primeros en acercarse a saludar a la gente. Ante un grito de “Córdoba te ama”, Milei hizo una pausa en su discurso y respondió “Yo también”. Después hubo otros elogios de voces individuales.

Desde temprano, hubo un férreo control de seguridad y, además, personal de seguridad de la Casa Rosada con detectores de drones que se encargaron de interferir a todos los que se veían en la plaza.

El operativo de seguridad consistió en tres cordones que estuvieron a cargo de fuerzas federales en coordinación con la Policía de Córdoba. Hubo tres detenidos y el ministro provincial, Juan Pablo Quintero, lo definió como “un éxito “. A él se lo vio cercano a Bullrich.

El helicóptero presidencial arribó el viernes a la ciudad de Córdoba. El Presidente lo abordó en el aeropuerto y así arribo a El Panal, donde lo recibió Llaryora. Por tierra fueron al acto. El regreso fue igual; en la Casa de Gobierno volvió a subirse al helicóptero y de ahí al aeropuerto Taravella.

La máxima tensión en las protestas organizadas por la llegada de Milei se dio cerca del mediodía, cuando hubo corridas entre la Gendarmería y manifestantes de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) camino al aeropuerto internacional Ambrosio Taravella.

La protesta duró unas dos horas. Hubo, al comienzo, cruces con la Policía, pero el pico fue por los gases lacrimógenos de Gendarmería. Después de eso, se replegó ATE y se levantó la protesta y volvió la calma en la capital cordobesa.

 

Nicolás Posse

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