Feroz asalto callejero en La Plata: lo apuñalaron en la pierna por el celular

Al menos dos delincuentes perpetraron ayer un brutal golpe contra un adolescente, que retornaba a su domicilio luego de haber asistido a un boliche. El chico, de 17 años, pudo ser asistido y se encuentra fuera de peligro

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Un joven estudiante de 17 años sufrió ayer una serie de heridas y lesiones, luego que al menos dos delincuentes lo abordaran en plena vía pública, cuando se retornaba a su domicilio. Fue tras haber asistido a un boliche bailable del radio céntrico platense.

Sin piedad, lo redujeron, le propinaron una salvaje paliza y hasta le provocaron una herida con un arma blanca. Todo para despojarlo de varias de sus pertenencias.

El hecho tiene lugar en la misma semana en la que se conoció que Nicolás Benítez (26), el joven que había sido víctima de un brutal robo en el centro de Plaza Moreno, con culatazos incluido, fue dado de alta.

 

Luego de encerrarlo, lo empujaron, cayó al piso y allí le dieron golpes y un puntazo. Fue en 48, 12 y 13

 

En aquella ocasión, el joven sufrió una fractura de cráneo y maxilar producto de los golpes y, si bien recibió el alta, en los próximos meses deberá volver a un centro de salud para someterse a una nueva intervención quirúrgica, que tendrá como objetivo la reparación de los huesos afectados.

Este caso demuestra el nivel de brutalidad al que pueden llegar los ladrones con tal de cumplir con su objetivo.

Sin embargo, pese a tener esta referencia tan cercana en el tiempo, algunas personas parecen no haber tomado conciencia de la gravedad que revisten este tipo de acciones cobardes y despojadas de empatía.

Tal es el caso de dos ladrones que ayer por la madrugada en pleno centro platense, sobre la calle 48 entre 12 y 13, la emprendieron contra el adolescente.

Poco les importó a estos sujetos la posibilidad de que sus terribles acciones quedaran registradas por alguna de las tantas cámaras de seguridad instaladas en el sector. Hay por decenas en el lugar.

En base a la versión oficial, el hecho se registró cuando el damnificado circulaba rumbo a su casa.

Antes de llegar a la puerta de su domicilio, aparecieron en escena dos sujetos, que comenzaron a hacerle algunas preguntas.

Primero le consultaron por la hora. Y después, le pidieron dinero. Pese a que fue un pedido, el tono no fue tan amable. De hecho se parecía más a una exigencia.

Claramente el adolescente se encontraba en desventaja y para los delincuentes solo bastaba acercarse para lanzar el ataque.

Por ello, ambas consultas le sirvieron a los delincuentes para captar la atención del joven y ganar terreno de cara a lo que sería el contacto físico.

Intuyendo que se venía una complicada, lo único que atinó a hacer el chico fue a correr para llegar a su casa lo más rápido posible.

Lamentablemente para el joven, los violentos lograron interceptarlo tras un par de zancadas. Con un tono muy distinto al que habían usado para “pedirle” dinero, le advirtieron que debía “entregar todo, sino la iba a pasar mal”.

Luego de encerrarlo, lo empujaron, cayó al piso y allí comenzaron a propinarle golpes de todo tipo, mientras le sacaban lo que tenía en los bolsillos.

Y como el joven trató de zafar del ataque y entregar lo único que le quedaba en los bolsillos, su teléfono, uno de los sujetos sacó de entre sus prendas un elemento cortopunzante y se lo clavó en la pierna.

“La próxima va al cuello”, habría dicho uno de los ladrones. Ante el calibre de la amenaza, al chico no le quedó otra opción que entregar su aparato.

Acto seguido, el joven se comunicó con su hermana quien se encontraba en su departamento y ella se encargó de trasladarlo a un centro de salud, en donde fue sometido a curaciones.

El adolescente, cabe destacar, no fue el único que la pasó mal el domingo por la madrugada ante el accionar delictivo que impera en las calles.

En este alarmante contexto, en las últimas horas un joven de 20 años casi termina acribillado a tiros luego de que fuera abordado en la cuadra de 15 entre 42 y 43 por dos motochorros armados.

Luego de identificar a su víctima, quien se encontraba retornando a pie a su domicilio luego de cumplir con su jornada laboral, aceleraron en dirección hacia él.

En cuestión de segundos el damnificado pasó a quedar atrapado y apuntado con un revólver calibre 38.

En ningún momento los sujetos se sacaron las gorras, las capuchas ni las chalinas que tenían puestas, claro está para no dejar en sus retinas los rastros de sus facciones.

Como suele suceder en estas situaciones extremas, al hombre no le quedó otro remedio que subordinarse a los pedidos de este clan.

Es que el barrio se encontraba totalmente desolada y oscura, es decir un ambiente más que propicio para que estos sujetos puedan ejecutar sus acciones.

Muy a su pesar, el joven debió soportar la afrenta de que le metieran la mano en sus bolsillos y extrajeran su billetera y su teléfono, un iPhone que muy probablemente deberán descartar en las próximas horas para no ser detectados por el Gps o vender para desguace.

Es que se trata de dispositivos que cuentan con un nivel de encriptación que prácticamente es imposible poder desbloquearlos y así venderlos en el mercado negro.

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