Las revelaciones de Máximo Thomsen, que habla por primera vez desde la cárcel de Romero

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Máximo Thomsen, uno de los condenados a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, hace ya más de cuatro años, rompió el silencio desde su lugar de detención, en La Plata.

Si bien la entrevista, que realizó el periodista Rolando Barbano para Telenoche, se podrá ver completa recién hoy, a partir de las 20, trascendieron algunos comentarios que realizó el joven de Zárate en la Alcaidía de Melchor Romero, donde se hizo la entrevista.

“Jugaba al rugby en el CASI y me decían ‘El Campesino’, porque iba a San Isidro desde Zárate. Me preguntaban si había llegado remando, me cargaban”, apuntó.

A partir de ese momento, según consignó el portal de TN, habló durante una hora y media sobre todo: cómo eran las peleas a la salida de los boliches de Zárate, de qué manera organizó el viaje a Villa Gesell, por qué llevó tanto alcohol en su auto y sus planes para aquellas vacaciones que terminaron con el crimen de Fernando.

Thomsen contó en detalle la noche del asesinato. Señaló a algunos de sus amigos, acusó a otros y recordó cómo empezaron los incidentes dentro del boliche Le Brique.

Por pasajes, se puso en el centro de la escena. En otros, se corre y apunta a los demás.

Pidió perdón por lo que hizo, pero también ruega que la Justicia no le impute cosas que -según dice- hicieron otros.

La nota terminó con Thomsen aliviado, como si estuviera más liviano. “Me descargué”, dice y agrega: “Me desahogué mucho, hace cuatro años que esperaba este momento”.

Cuatro veces interrumpió la charla por la angustia que pareció brotar de golpe y se convirtió en llanto.

Antes de irse, cuando le estaban colocando nuevamente la esposas para llevarlo a su celda, aseguró que, como lo hace siempre, rezará por la memoria de Fernando.

CAMBIO DE ABOGADO Y DE ESTRATEGIA

Con la representación letrada del Dr. Francisco Oneto, corrido Hugo Tomei de ese cargo, pareció cambiar radicalmente de postura. Al igual que lo hicieron otros de los condenados.

Rompió el código de mantener la boca cerrada, empezó a deslindar responsabilidades y ahora espera que la Suprema Corte haga lugar al pedido de un nuevo juicio.

Para su defensa, tener un solo defensor, con tantos intereses contrapuestos, es inconstitucional.

 

Máximo Thomsen
Fernando Báez Sosa

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