Gimnasia, con las defensas bajas: debe cortar la sangría de goles
Edición Impresa | 7 de Mayo de 2024 | 02:23

El entrenador uruguayo Marcelo Méndez llegó a Gimnasia con la intención de dotar al equipo de un perfil más ofensivo. Un equipo que juegue igual en todas las canchas, ambicioso a partir de una idea que va mucho más allá del 4-3-3 de la táctica en la pizarra. Pero, para trasladar ese concepto al campo de juego, deberá encontrar una solidez defensiva que no ha tenido en el último año y medio.
Sebastián Romero y Leonardo Madelón son entrenadores diametralmente opuestos. Uno novel, el otro experimentado; uno con el arco rival como objetivo, el otro con el orden como bandera. Sin embargo, como ambos el resultado fue similar: un equipo que no brinda seguridad desde lo colectivo y que -a veces- expone excesivamente a las individualidades.
Al equipo dirigido por Chirola le convirtieron 52 goles en 37 partidos, un promedio de 1,405
Lo único que no ofrece segundas lecturas son los números. Con Chirola al frente, al Lobo le hicieron 38 goles en la Liga Profesional, 1 en el partido contra Excursionistas por la Copa Argentina, 6 por la Copa Sudamericana y 7 en la Copa de la Liga. En total fueron 52 goles en 37 encuentros. Demasiado.
Con un perfil diferente, Leonardo Madelón asumió en la Copa de la Liga 2023 y levantó al equipo, pero el bajón de las últimas fechas (empate con el descendido Arsenal, derrotas con River, Atlético Tucumán y Banfield, 1 punto de los últimos 12) lo envió a la cancha de Newell’s a jugar el desempate para conservar la categoría. Aunque fue más de punto que como banca al Parque Independencia, el Lobo logró la salvación y Madelón habló en vestuarios de la obligación de plantearse otros objetivos, algo que lamentablemente no pasó de los discursivo.
Otra vez, el talón de Aquiles estuvo en la gran cantidad de goles recibidos. Entre la Copa de la Liga y el bendito desempate, los números no estuvieron tan mal: 14 tantos recibidos en 12 encuentros. Pero este año, después de la pretemporada y las 10 incorporaciones, el equipo nunca encontró su norte y el paso de las fechas profundizó su fragilidad. Un boxeador con mandíbula de cristal, siempre cerca del nocaut ante la menor adversidad. En esta Copa de la Liga recibió 23 goles en 14 partidos, número igualado con Atlético Tucumán y solo superado por Tigre e Independiente Rivadavia, los dos principales candidatos a perder la categoría, con 25 tantos en contra cada uno.
Con Madelón como entrenador, Gimnasia recibió 38 tantos en 27 juegos: 1,407 por partido
En suma, a Gimnasia le hicieron en un año y medio 90 goles en 64 partidos. Es una barbaridad que no sostiene ninguna campaña. Obviamente, es multicausal: no depende solo de arqueros y defensores. De hecho, Nelson Insfrán tuvo un buen semestre y de su mano (y del pie izquierdo de Colazo) dependió esta continuidad en la máxima categoría.
Por eso, genera mucha curiosidad saber como Méndez podrá fortalecer al equipo. “El fútbol es una manta corta”, decía el entrenador brasileño Tim. Ni Chirola ni Madelón, desde dos posturas distintas, lograron mejorar al equipo. Ahora, el uruguayo tiene por delante la obligación de ser fiel a sus principios sin que el equipo profundice los problemas que ya tiene cuando no logra el control de los partidos.
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