VIDEO. El "Sopa" Aguilar, fútbol y salud mental: “Es un deporte con muchas presiones”
Edición Impresa | 28 de Junio de 2024 | 01:35

Martín Cabrera
mcabrera@eldia.com
Detrás suyo hay un diploma con el sello de la universidad que certifica su título de abogado. Junto a sus hijos y sus casi 20 años en el fútbol profesional es el mayor orgullo que tiene en su vida, plagada de luces y sombras como la de todos. Manuel Santos Aguilar, el Sopa para el mundo del fútbol, recibió a este medio para hablar del Estudiantes 1995, en un nuevo aniversario del ascenso y para contar los obstáculos que tuvo que superar para llegar a este presente con felicidad y proyectos, personales y profesionales.
Llegó al Pincha en 1994 y cuando el torneo del Nacional B ya había comenzado a participar tras su descenso.”Estaba mirando el partido contra Chacarita, que fue el debut, y le dije a Monarriz, que era mi compañero de concentración y le dije ‘qué lindo sería ir a jugar a Estudiantes’”. De alguna manera sabía que la dupla Russo y Manera había estado en el partido anterior mirándolo. Lo que no se imaginaba era que llegaría al Pincha y que casi 30 años después estaría en la tribuna del Único de Santiago del Estero como un hincha más.
“Ese plantel tenía jugadores de jerarquía. Por un lado estaban los chicos a los que les había tocado descender, como el Mago (Capria), Caldera, Sebastián (Verón), el Rusito (Prátola), el Rulo (Paris) y muchos otros con nombre propio que llegaron para sumarse, como el Chocho Llop, Chiquito (Bossio), Leo Ramos y Mariano Armentano” comenzó con el recuerdo de un equipo que marcó a una generación pese a jugar en la segunda categoría. Ascendió en tiempo récord allá por junio de 1995.
“A todos nosotros nos marcó ese título y creo que también a nivel institucional, ya que Estudiantes se volvió a poner de pie y lo demostró en los últimos años”, continuó con su relato, entrelazando ese ascenso con los años posteriores que tuvieron un nombre en común: la Brujita Verón, antes como jugador y ahora dirigente.
El equipo desfiló en la segunda categoría. No tuvo problemas en ir pasando partido a partido con suceso. El Sopa, que jugaba como volante recostado por la izquierda, destacó varios compromisos jugados como locales, como una goleada 5-1 sobre Colón, que era el equipo que peleó el torneo con Estudiantes, pero también el 1-0 sobre Godoy Cruz que significó su primer gol y el 2-2 contra Quilmes como visitante, su único doblete en el fútbol argentino. Aguilar fue parte del equipo base, porque debutó en la tercera fecha y prácticamente no dejó de jugar.
“Fue el mejor equipo que me tocó jugar, porque tenía jugadores de primer nivel. Lo disfrutamos y lo disfrutó la gente. Nos planteamos desde el comienzo ascender y así lo conseguimos”, destacó del objetivo grupal y también lo conseguido a lo largo de las fechas. Sembró una semilla que luego aprovechó años después.
Ya en Primera a ese plantel se le fueron sumando nuevos valores, entre ellos un desconocido Lionel Scaloni, que ahora es el técnico de la Selección. “No me imaginé nunca que podía terminar así pero me pone muy contento. Me lo crucé un día que fui al predio de Ezeiza, yo estaba vestido de traje y no me reconocía. Nos dimos un abrazo”.
La vida lo llevó por otros lados. Quedó viudo pero formó una nueva familia. Tuvo dos hijos más y eligió a La Plata como su lugar de residencia. Fue aquí donde decidió, primero, terminar el colegio secundario y después empezar a estudiar una carrera: abogacía.
“Fue el doctor (Raúl) Nigro el que me motivó a ponerme a estudiar. Me veía leer en las concentraciones y me dijo que tenía que ponerme a estudiar. Le hice caso. Primero terminé el secundario y después me anoté en derecho. Soy abogado y también agente FIFA para poder representar jugadores”, recordó la semblanza de quien fuera el doctor del plantel y que falleciera muy joven
Además de ser campeón con Estudiantes integró el equipo de Talleres que logró la Copa Conmebol. “En diciembre los dirigentes nos invitaron a todos, con tres acompañantes, a viajar a Río de Janeiro para festejar ese título. Me pareció muy buena medida del club de recordarnos”.
También tuvo de las malas. Quedó libre de algunos clubes y se perdió un Sudamericano con la camiseta de la Selección. “Sobreviví y utilicé mucho de esas experiencias en mi vida. Siempre digo que al jugador hay que apoyarlo cuando se está formando, en actividad y mucho cuando deja de jugar. La salud mental creo que es fundamental. Se vive con mucha presión. Es un deporte de elite que trae muchas frustraciones pese a ganar dinero. Y dejar de jugar es difícil porque te encasillan como exjugador y a veces duele. Por suerte, como dije, pude emprender una carrera que me salvó cuando toqué fondo”.
El Sopa Aguilar se animó, durante la charla, de confesar lo que muchas personas ocultan por vergüenza. “Tuve depresión, como le pasa a mucha gente. Hoy en día la salud de mental tiene herramientas para salir. Por suerte tuve el sostén de mi familia para salir adelante. Y amigos que me brindaron su apoyo en mis peores momentos”, reveló de una enfermedad mucho más común de lo que creen algunos. Y es tan importante detectarla como pedir ayuda a un profesional.
“Hay que perder la vergüenza y pedir ayuda. Hay un momento en el cual se mezcla todo. Cada cual tendrá sus problemas. Hasta que un día decidí que no quería pasar por lo mismo que les pasó al Huevo Toresani y muchos más que se quitaron la vida y tomaron una mala decisión”, continuó y mostró su interés en ayudar a los exjugadores que estén en la misma situación. “No quiero ser ejemplo sino un referente”.
También dijo que del mundo del fútbol no recibió ayuda. “Mirá que tengo muchos conocidos y siempre encontré la puerta del fútbol cerrada. Pero ojo que tampoco de mi nueva profesión, la de abogado”.
“Hoy estoy feliz conmigo mismo. Tengo una madurez que me lleva a tomar buenas decisiones. Tengo que darle para adelante como cuando vine a Estudiantes con un sueño en el fútbol y lo pude cumplir. No importa la edad, lo que importa es seguir aprendiendo y luchando por sueños. Nunca es tarde y tenemos que intentarlo”, cerró su charla con este medio, mientras muestra las imágenes que tiene en su estudio ubicado en la zona de Tribunales, con una gran foto marcando a Diego Maradona, otras con Scaloni, Martín Palermo, la Brujita Veron y muchísimas con su familia.
“Pese a conocer mucha gente en ese momento no recibí ayuda del mundo del fútbol”
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