Voces de alerta por el excesivo consumo de alcohol en el mundo
Edición Impresa | 28 de Junio de 2024 | 02:00

No puede menos que preocupar la advertencia formulada por la Organización Mundial de la Salud acerca de que el consumo de alcohol provoca 2,6 millones de muertes cada año en el mundo, estimándose que uno de cada 20 casos fatales es atribuible a la ingesta de bebidas, en episodios que se desencadenan como producto de incidentes viales, problemas críticos de dependencia, enfermedades cardiovasculares, cáncer o cirrosis.
Considerada como una de las puertas de entrada a la droga, la dependencia de esta sustancia hace también que las personas sean más susceptibles a contagiarse de enfermedades infecciosas como la tuberculosis, el VIH o la neumonía, agregó la entidad.
El informe de la OMS se basó en los datos colectados en 2019 –que corresponden a las últimas estadísticas disponibles- y allí se estima que 2,6 millones de muertes en el mundo ese año se atribuyen al consumo de alcohol y que los varones representan casi tres cuartas partes de los fallecimientos, aún cuando los especialistas vienen marcando un crecimiento del consumo en mujeres.
El consumo de alcohol y otras sustancias “perjudica de forma grave la salud de una persona, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, problemas de salud mental y lamentablemente provoca millones de muertes que son prevenibles”, afirmó el director de la OMS en un comunicado.
La aparición de la Argentina en 2014 entre los países con más alto consumo de alcohol en el mundo, tal como surgió también de un trabajo de la OMS –en el que se precisó que el promedio anual en nuestro país era de diez litros por persona, muy por encima de la media mundial- alertó sobre el avance de la “droga más problemática”, así considerada por cuanto viene acompañada por una generalizada permisividad social y cultural, que no condice con las consecuencias negativas que el consumo desmedido de alcohol causa en la salud física y mental de la población.
Cabe recordar que ya en ese año, un trabajo encomendado por la Fundación Florencio Pérez al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (basado en encuestas a un grupo representativo de 400 jóvenes de entre 15 y 25 años de La Plata, Berisso y Ensenada) reveló que ocho de cada diez jóvenes (el 82 por ciento) reconocía haber probado alcohol alguna vez; y que este porcentaje resultaba levemente mayor entre los varones que entre las mujeres y crecía a medida que aumentaba la edad.
También en ese tiempo se realizó en Buenos Aires el Simposio Internacional de Enfermedad Hepática Alcohólica. Allí la presidenta de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (Aaeeh), alertó que el consumo excesivo de alcohol contribuye al desarrollo de más de 60 enfermedades, incluyendo condiciones que afectan principalmente al hígado y a los sistemas nervioso central y cardiovascular.
Es de esperar que, tal como lo indican los especialistas, se vuelva prioritario prestar atención a tantas conclusiones obtenidas, según las cuales el consumo excesivo de alcohol genera dependencia física y psíquica, sin que sea posible manejarla a voluntad, de modo que resulta indispensable combatir un hábito que, pese a que cuenta con aceptación social, puede traducirse en toda clase de enfermedades, inconductas y desórdenes.
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