La Ley Bases, en medio de un fuerte tira y afloja en el Senado

El oficialismo busca aprobarla y minimizar los cambios que son impulsados desde el kirchnerismo

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Aunque el oficialismo tiene garantizada la aprobación general de la Ley Bases, este miércoles en el Senado habrá artículos importantes que correrán el riesgo de no prosperar en la votación particular. El kirchnerismo podría acompañar las modificaciones propuestas por el radical Martín Lousteau, las cuales, en caso de ser aceptadas, tendrían un impacto negativo en el tratamiento del proyecto en su regreso a Diputados.

Como se sabe, el dictamen fue emitido después de que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, interviniera de manera urgente, y contó con las firmas justas y más disidencias que acompañamientos plenos. Así, el debate sobre varias cuestiones, como las privatizaciones, el Impuesto a las Ganancias y las facultades delegadas se presume que resultará muy acalorado.

Desde Unión por la Patria, conformada por 33 legisladores liderados por José Mayans, se expresaron en contra de la entrega de delegaciones a alguien como el presidente Milei, que se considera un “líder autoritario” que busca destruir el Estado desde adentro, según advierten en ese sector.

Los artículos se aprueban mediante una mayoría simple. Si todos los senadores están sentados, el kirchnerismo solo necesitaría que cuatro legisladores más se unieran a ellos en su rechazo para cambiar esa parte del proyecto. Es bien conocido que algunos radicales, como el fueguino Pablo Blanco, expresaron inicialmente su desaprobación al otorgamiento de poderes delegados al Poder Ejecutivo, lo mismo que hicieron otros senadores de bancadas de partidos provinciales.

En cuanto a las privatizaciones, hay tres compañías que están en debate: Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina, la cual incluye la Televisión Pública y Radio Nacional.

Algunos senadores se encargaron de enfatizar que son servicios esenciales para la comunicación e interconexión, especialmente en las regiones más remotas del país.

El Gobierno no ha aceptado separar a esas compañías de la lista para evitar que, en caso de la caída del artículo que permite su privatización, también afecte a las otras seis empresas que se encuentran en la misma lista, como Aysa, el Correo Argentino y el Ferrocarril Belgrano Cargas.

La reciente reforma del Impuesto a las Ganancias, en tanto, ha recibido un fuerte rechazo y, aunque se reincorporó un diferencial en el mínimo no imponible para los trabajadores de zonas desfavorables, los patagónicos no están seguros de su respaldo.

En una votación tan limitada, la decisión de los senadores de abstenerse o no participar será crucial.

En La Libertad Avanza no están dispuestos a aceptar cambios adicionales y están dispuestos a asumir el riesgo de que algunos de sus artículos se caigan. Confían en que la Cámara no alcanzará los dos tercios (48 votos) para rechazar algún artículo. En caso de que esto ocurra, una vez que el proyecto regrese a Diputados para su aprobación, tendrán la capacidad de mantener la escritura original utilizando la mayoría simple que ya poseían en esa cámara y reintegrar los puntos que se perdieron. Por otro lado, en caso de que el Senado adopte algún cambio mediante el voto de dos tercios de los senadores, los diputados necesitarán obtener una mayoría suficiente para poder mantener su postura e imponerse.

“En general, creo que las modificaciones son buenas”, expresó el presidente de la Cámara de Diputados Martín Menem. Aunque no descartó que el proyecto regrese sin un artículo o con “una modificación con la que no esté de acuerdo”.

Reuniones

Ya se está trabajando en eso por parte del Ejecutivo. Esta semana, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, mantuvo una reunión con el diputado Miguel Ángel Pichetto, líder de Hacemos Coalición Federal, una bancada clave para el destino de la Ley.

“Repasamos los cambios y propuestas del Senado”, aseguró Pichetto. “En su gran mayoría son razonables. Le reiteré el compromiso del bloque en ayudar a que la ley tenga un tratamiento rápido y efectivo y la podamos votar antes del mes de julio”, agregó.

No obstante, otros sectores han advertido que puede ser difícil mantener en el texto original. Un senador radical destacó que a los diputados se les han pasado por alto ciertas cosas, pero que “si logramos mejorarlas les resultará difícil oponerse. No es completamente evidente debido a la falta de información adecuada sobre la forma en que se llevará a cabo la votación para aprobar o rechazar los cambios”.

Frente a esto, Unión por la Patria modifica su enfoque. No hay duda de que votar en contra de la norma en general es posible, sin embargo, son conscientes de que es imposible cambiarla en su totalidad, por lo que están trabajando en un plan B para la votación en particular: están considerando incorporar cambios en el dictamen que Martín Lousteau presentó el viernes.

 

 

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