Messi estuvo mejor que ante Ecuador, con frescura y un gol

Debió moverse para escapar de una estricta marcación, pero lo consiguió, y desde la mitad de la cancha, activó el juego con toques mágicos

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Argentina, en definitiva, después de todas las consideraciones de Lionel Scaloni en la previa, jugó la semifinal de la Copa América frente a Canadá, con el mismo ataque de la final del Mundial de Qatar: Messi, Di María y Álvarez. Pero en otras posiciones, porque “Fideo” se paró por derecha, Leo por el medio y Julián recostado sobre la izquierda.

El adelantamiento de Montiel reforzó el sector derecho, por donde Di María, en sociedad con Messi, a pesar de los cuidados del rival, se desarrollaron los primeros ataques del seleccionado argentino, varios de los cuales incluyeron justamente a Álvarez, quien a partir de su movilidad se mostró como una variante cuando el “10” levantó la cabeza buscando la descarga.

Hasta el 1-0 de Julián Álvarez, promediando el primer tiempo, Messi había probado una vez al arco, tras recibir de Di María en la puerta del área, aunque algunos centímetros desviado, porque la pelota se fue junto a la base del palo de la mano izquierda del arquero; buscó en profundidad a Álvarez, quien fue anticipado por Maxime Crépeau; y activó el juego con un par de toques de primera al compañero mejor perfilado.

Le costaba al capitán del conjunto albiceleste manejar la pelota, motivo por el cual empezó a moverse, tanto a la derecha como retrocediendo para elaborar. Al margen de esto, lo estrictamente futbolístico, los movimientos del abanderado de los campeones del mundo en Qatar permitían considerar que aquella molestia sufrida ante Chile, en la segunda fecha del Grupo A, que terminó siendo una contractura en el aductor de la pierna derecha, era historia.

En el tramo final de la primera etapa, Di María fue protagonista de una corrida similar a la que le dio el título a la Argentina contra Brasil en la anterior edición de la Copa América, con epicentro en el Maracaná de Río de Janeiro, aunque esta vez la pelota se le fue por arriba del travesaño, mientras que Messi le filtró la pelota a Tagliafico en una llegada libre del lateral, a toda velocidad, que un marcador alcanzó a desviar al córner.

Si encendió Leo en el final del capítulo I, con un par de arranques, uno de los cuales lo llevó a reclamarle al árbitro por una falta de Eustáquio que el chileno Piero Maza dejó pasar, y a buscar el arco un par de veces: primero de derecha, tras una combinación Montiel-Di María, y otra de zurda, tratando de meter la pelota por sobre el cuerpo del arquero, que se le fue por arriba.

A poco de comenzar la etapa complementaria, y con suspenso, porque hubo que esperar la revisión del VAR por un posible off side, Messi selló el 2-0 corrigiendo delante del arquero un remate de Enzo Fernández desde el borde del área al término de un ataque planeado justamente por el “10” con toque para De Paul.

El festejo fue contenido, mirando al juez de línea correspondiente, y esperando la información del VAR para el árbitro, quien terminó confirmando la anotación que generó la continuidad de la celebración, adentro de la cancha, los jugadores, y afuera, los hinchas en las tribunas.

Con esto, el gol que aseguró la clasificación a la final, quedó certificado que Messi, a lo largo de todo el partido frente a Canadá, estuvo mucho mejor que en el partido anterior contra Ecuador, cuando reapareció luego de la contractura que tantos miedos generó alrededor del símbolo del campeón que el domingo que viene, en Miami, irá por el bicampeonato de América.

 

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