Entre el veto y los votos: la puja por la reforma jubilatoria

Tras las críticas de Milei, el PRO salió a desmarcarse de los senadores que votaron la ley. Mientras, la oposición va por los dos tercios necesarios para volver a aprobarla

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“Si Milei la veta, vamos a ir de nuevo al recinto”. Luego de que el Senado aprobara cambios en la ley de movilidad jubilatoria y después de que el Presidente amenazara con invalidar esa votación (por considerarla contraria a su plan de déficit cero), en la oposición ya trabajan en el armado de los dos tercios que se necesitan en ambas cámaras para volver a sancionarla.

“Es casi seguro que el Congreso reafirme lo que votó y llegue a los dos tercios. Hay que recordar que en las votaciones se estuvo cerca de ese número”, anticipó ayer el presidente del bloque de diputados de Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto.

También sumaron presión desde Unión por la Patria: “Vetar la Ley al presidente le va a generar un costo muy grande porque elige ajustar a los que menos tienen, los jubilados, los niños y los discapacitados. No nos queda otra que oponernos a estas actitudes”, advirtió la senadora por La Rioja, Florencia López, en respuesta al mensaje de Milei, que llamó “degenerados fiscales” a los legisladores que aprobaron un ajuste previsional mensual por IPC, un plus de un 8,1% para recuperar la suba de precios de enero y que el haber mínimo sea equivalente al 1,09% de la canasta alimentaria. Algo que el jefe de Estado tachó de “disparate” que, dijo, implicará “el 62% del PBI de toma de deuda” y que por eso la vetará.

“El Presidente no puede dar lo que quiere y dar bonos para compensar. El camino debería ser que el Congreso vote una fórmula razonable, equilibrada, como la que se votó ahora”, insistió ayer Pichetto.

Para dejar sin efecto un veto presidencial el Congreso tiene que volver a aprobar la ley, pero con dos tercios de los votos (sobre los presentes).

En este sentido, una opción es que la ley vuelva comisión y de ahí al recinto. Otra alternativa para los legisladores es reunir diez firmas, pedir una sesión especial e ir directo al hemiciclo para allí buscar los dos tercios de los presentes y aprobarla nuevamente. La decisión del radicalismo, autor del proyecto, es volver al recinto sin pasar por comisión.

En la Cámara Baja, el número mágico es 171. Aunque en junio, la los dos tercios se alcanzaron con las 160 adhesiones de la UCR; Unión por la Patria; Encuentro Federal; Innovación Federal; Coalición Cívica; Por Santa Cruz y el Movimiento Popular Neuquino. En contra votaron 72 diputados del PRO (que tuvo 7 ausentes), La Libertad Avanza (una ausencia), Buenos Aires Libre, MID, Independencia, y uno de Encuentro Federal (Ricardo López Murphy).

Los diputados de la izquierda, por su parte, se abstuvieron, al igual que Paula Omodeo de CREO, Nancy Picón Martínez y María de los Ángeles Moreno, de Producción y Trabajo.

De vuelta en el recinto, la clave para conseguir los dos tercios pasará por los ausentes. Mientras más bajo sea el número de presentes, menos serán las bancas necesarias para llegar a los dos tercios. En la votación anterior hubo 7 ausentes del PRO, 1 de LLA, 1 de la UCR, 5 de UP y 2 de Independencia.

El senado y la jugada PRO

Similar es el escenario en el Senado, donde prevalece la fuerza de Unión por la Patria, que aporta 33 votos si están todos presentes. En la votación de la semana pasada solo hubo tres ausentes: uno del radicalismo, otro de UP y una tercera de Unidad Federal, que iría en la misma línea.

En la Cámara Alta, la reforma jubilatoria se aprobó por 61 votos positivos contra 8 negativos (7 de La Libertad Avanza y 1 del PRO) cuando se votó en general la norma.

Fue llamativo en el Senado el movimiento del PRO que, en línea con el kirchnerismo y el radicalismo, respaldó la reforma jubilatoria. La jugada de los senadores amarillos, que se distanciaron de la posición de rechazo de los diputados, fue incluso reprochada por Mauricio Macri, que salió a apoyar el veto anunciado por Milei.

“Comprometer el superávit fiscal no es una opción. Por lo tanto, consideramos que el presidente debe vetar la ley aprobada”, advirtió el viernes Macri. Ayer, el PRO ratificó esa postura en un comunicado desde el que declaró “su apoyo al veto del Presidente Milei a esta ley inapropiada” y alertó que, “en la situación actual, el equilibrio fiscal es innegociable. Ninguna fórmula de aumento a los jubilados va a funcionar si no se arregla antes la economía”. El mensaje llegó después de que el jefe de Estado arremetiera contra los senadores macristas llamándolos “manga de mentirosos demagogos” por haber acompañado la iniciativa previsional.

En este contexto, de los seis senadores que tiene PRO, ya hay uno que confirmó que no se alineará al pedido de Macri. Es decir que votaría a favor de la reforma. Tal es el caso de la legisladora Guadalupe Tagliaferri.

Así, con una banca del PRO, las 33 de Unión por la Patria, más las 3 de Unidad Federal y 13 de la UCR, también en la Cámara Alta se llegaría a los dos tercios necesarios para volver a aprobar la movilidad jubilatoria, sortear el veto presidencial y convertirla definitivamente en ley.

 

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