La Fiesta del Inmigrante, un modelo turístico a seguir en la Región
Edición Impresa | 29 de Agosto de 2024 | 01:40

El 4 de septiembre próximo se iniciará la 47 edición de la Feria del Inmigrante de Berisso y si hubiera que remarcar una primera nota sobresaliente debiera ser la de la continuidad alcanzada por un encuentro que, año tras año, convoca la presencia de miles de turistas y de habitantes de nuestra zona, atraídos por su calidad y colorido.
Se trata, además, de una festividad en la que participan numerosas entidades representativas de distintas colectividades -con programaciones siempre complejas -que habrán encontrado en ocasiones lógicos disensos, pero, sobre todo, requerido un espíritu conciliador- y que, pese a ello, han sabido superar los múltiples inconvenientes que se presentaron en este casi medio siglo de vida. Ni las crisis económicas, ni los graves problemas de salud pública, interrumpieron esta prolongada sucesión de ediciones de la fiesta.
Tal como se detalló ayer en este diario, las actividades se pondrán en marcha el próximo 4 a las 17, con el acto central del Día del Inmigrante y a las 19, habrá una celebración litúrgica. El sábado 7 de septiembre se promoverá una jornada de donación de sangre por la mañana y desde las 13 se invitará a los visitantes a probar los sabores de Berisso.
El domingo 8 a las 9 se correrá la maratón del Inmigrante y a las 15 se completará la posta del inmigrante con el encendido de la lámpara votiva. El 13 de septiembre será la cena de representantes culturales y al día siguiente, desde las 17, será el desfile de ex representantes culturales. Entre otras programaciones, el domingo 15 se llevará a cabo el emotivo desembarco. La fiesta se extenderá hasta mediados de octubre, con los stands de comidas típicas, el desfile de colectividades y otros acontecimientos de interés.
Por esa historia tan prolongada, seguramente producto del esfuerzo de sus impulsores, por la complejidad de su programación, por la diversidad de sus protagonistas y por la repercusión que alcanza, sólo encuentra parangón con algunos pocos acontecimientos similares que ocurren en otras jurisdicciones del país, como la Feria del Libro, la Exposición Rural, la Fiesta de la Vendimia o algunos festivales artísticos que se reiteran en el interior del país.
La persistencia demostrada por los organizadores de la fiesta resulta auspiciosa y, desde luego, la Región no debería desaprovecharse un ejemplo tan claro y un modelo tan elocuente. A nadie puede escapar que han existido, a lo largo de los últimos años, intentos destinados a obtener un mejor aprovechamiento de los valiosos patrimonios turísticos con los que cuenta esta zona.
La Fiesta del Inmigrante cuenta, por lo pronto, con el valor capital de que sus organizadores conocen perfectamente cuál es la identidad del objeto que buscan mostrar y en que, además, han logrado coincidir en cómo debe instrumentarse esa exhibición. Eso mismo es lo que debiera lograrse para brindar un mejor servicio relacionado a los tantos y tan ricos patrimonios turísticos con que dispone nuestra región.
La existencia de planes estratégicos comunes, que prevean inclusive el respaldo que los organismos públicos municipales y provincial, así como del sector privado, debería ser considerada como una prioridad para nuestra zona. Se cuenta con el modelo a seguir: la Fiesta del Inmigrante.
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